Capítulo 6: ¿Chica fantasma?
No tenía conciencia.
No podía ver nada, todo era negro. Tampoco podía escuchar, era como si me hubieran desconectado del mundo. Y así era. Podía pensar, cosa rara. Pero los pensamientos eran como cuchillos incrustándose en la carne. Con cada pequeño pensamiento sentía un dolor sumamente agudo en la cabeza, suponía que era por el choque. Lo último que recordaba, o que sentí fueron unas manos, una mujer y el bosque. Pero todo estaba ligado con la Ruta 86, últimamente todo tenía que ver con la Ruta 86, parecía que me estaban adhiriendo a ella permanentemente.
No sabía cuanto tiempo había pasado, cuantas horas, cuantos minutos, pero ahí estaba. Poco a poco fui recuperando la conciencia y adquiriendo la capacidad para poder abrir los ojos sin dolor. Cuando por fin los tuve completamente abiertos, una luz tan blanca me cegó instantáneamente, la luz era abrasadora y tuve que mover los brazos en torno a mis ojos para bloquearla, cosa que me provocó un dolor muy fuerte, era incapaz de moverme sin sentir dolor, y todo eso se debía al choque.
Después de la ceguera momentánea, pude notar que me encontraba en una habitación blanca, estaba recostada. La habitación era totalmente blanca, al igual que la luz y la primera idea que cruzó por mi cabeza era un laboratorio. Pensamientos extraños acerca de experimentos humanos comenzaron a rondar mi mente, y aunque eso era ridículo ya que en Gatem no había tal clase de laboratorios, no podía descartar posibilidades.
Gemí de dolor, y de agotamiento, y traté de girar la cabeza para observar la habitación completa, cosa que me fue imposible ya que al hacerlo, sentía un terrible dolor en el cuello.
- ¿Dónde estoy? - pregunté con voz ronca, mientras trataba de mover los brazos para levantarme.
No hubo respuesta.
A continuación escuché un ruido proveniente de la puerta. Estaba esperanzada con que alguien me sacara de ese lugar, el cual también se me figuraba como un hospital.
Y ahí fue cuando me di cuenta de mis pensamientos estúpidos relacionados con un laboratorio. Estaba en un hospital, y no lo reconocía porque la última vez que estuve en el hospital de Gatem, tenía 8 o 9 años.
- No se mueva señorita Kat. - dijo una voz familiar y áspera. Al escucharla me sentí feliz, ya que sabía que estaba segura ahí dentro. Con el rabillo del ojo observé como una silueta entraba a la habitación, y poco a poco la silueta se fue aclarando a medida que se acercaba a mi cama.
Era el Dr. Tanner.
El Dr. Tanner siempre había sido mi médico, y por siempre me refería a una sola vez, ya que la última vez que estuve un hospital, como mencioné anteriormente fue cuando tenía 8 o 9 años, aunque lo había visto por las calles una o dos veces.
El doctor era joven, cerca de los 40. Tenía cabello negro, y estaba perfectamente peinado. Portaba una bata perfectamente planchada y totalmente blanca, sin una sola mancha. Se podía decir a simple vista que era un hombre sumamente pulcro.
La última vez que estuve en el hospital fue porque me había fracturado una pierna, en un intento de andar en bicicleta. Andaba en bicicleta por muchos lados hasta que caí de un lugar alto.
- ¿Qué pasó? - pregunté con una sensación de dolor, y además una sensación del tipo de resaca. Me dolía la cabeza, me dolían los brazos, las piernas, me dolía todo.
- Tuvo un accidente de auto, en la Ruta 86. - dijo, y al escuchar Ruta 86 me estremecí y un escalofrío recorrió mi espalda, rozando las marcas de manos en ella. - Siento decirle que su auto se destruyó en el accidente. - agregó, con algo de pena, al escuchar esas palabras me sentí terrible, era mi auto, mi auto de siempre, podría sonar superficial amar a un carro, pero tenía un valor sentimental para mí. Mi mamá me lo había obsequiado, y había pasado tantos momentos divertidos con Vanessa e Ian en él, y también con mamá. Sentí una gran necesidad de expulsar lágrimas, pero no lo hice, ya que tenía miedo de que el doctor pensara que yo era una persona que solo se preocupaba por sus bienes materiales en vez de su bienestar, o algo por el estilo.
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Road 86
Paranormale''El camino a casa puede ser peligroso. Y con ello, no me refiero a ladrones o asesinos. Hay cosas peores. Cosas que están realmente escondidas, y solo siguen a ciertas personas, como yo.''