—Jeno.
—Ah, sí John, qué quieres.
—Buenos días a ti también. — Le dijo burlón, el otro solo rodo los ojos. —Quería pedirte que nos dejes a Mark y a mi tranquilos.
—¿Por qué debería? No estáis saliendo. — Lo miro a los ojos.
—No, pero pronto sí.
—Ya veremos si te acepta, porque si cualquier persona tuviera que elegir entre tú y yo, me elegiría a mi.
—Mark no es cualquier persona.
