—John... —
—¿Sí?—
—... Creo que me gusta alguien. — Susurró. —Pero soy un cobarde.—
—Bro qué dices, no eres un cobarde, tan solo díselo cuando te sientas listo ¿si? — Me sonrió Seo con una de las sonrisas más fingidas que hizo en toda su vida, sabiendo que tenía muy pocas probabilidades de ser él.
