El último año de preparatoria es el más memorable de todos. Es aquí donde las experiencias que vives son las últimas de tu adolescencia, donde te puedes permitir vivir la vida al máximo antes de volverte adulto.
En la preparatoria Midgard Lee de Mi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✧༝┉┉┉┉┉˚*❋ ❋ ❋*˚┉┉┉┉┉༝✧ ________________
"TEENAGE WASTELAND: THE AWESOME MIXTAPE" • track 14: One Way or Another—Blondie _______________
✧༝┉┉┉┉┉˚*❋ ❋ ❋*˚┉┉┉┉┉༝✧
Para festejar que su hijo hubiera logrado la victoria que tanto había buscado con el equipo de football, y como reconocimiento del gran papel que había hecho como nuevo mariscal de campo, Sarah Rogers organizó una comida en su casa aquel sábado con el mejor chilli con carne que existía en Midtown preparado por ella —absolutamente todos los que probaban el chilli con carne de Sarah Rogers quedaban encantados, jamás encontraban uno igual.
Sarah había organizado un festín en cuestión de un sólo día, aceptando la ayuda de Steve para cocinar hasta después de que el muchacho le hubiera estado presionando por hacerlo. Les había pasado la invitación a todos los mejores amigos de Steve, pues también habían hecho su parte en el equipo para ganar, y, obviamente, al mismo entrenador Fury, que sin él y su confianza hacia Steve nada de esto hubiera pasado.
Ambos lograron terminar de cocinar y preparar la comida un rato antes de la hora en que habían citado a todos, así que Steve tuvo tiempo de correr a su habitación y hacer la videollamada con Peggy Carter que le había prometido hace tiempo. Tenía un humor tan positivo que se transmitía tal cual él lo sentía a su pantalla.
—¿Qué te tiene tan sonriente el día de hoy? Bueno, la noche para mí —rió la castaña frente a su celular.
—Anoche pasó el mejor de todos los milagros, Peggy —Steve le informó, sintiendo toda esa vibra de emoción recorrer su cuerpo una vez más con el mero recuerdo del juego pasado. Cuando la chica le hizo una mueca curiosa, Steve decidió contarle todo—. ¡Gané mi primer juego como mariscal de campo con los Vengadores! ¡No soy un perdedor!
—¡Eso es increíble! —Peggy festejó con él, su acento inglés más marcado a cómo lo recordaba—. Estoy muy feliz por ti, pero nunca has sido un perdedor, Steve —rió—, tampoco se trató de un milagro. Tuviste ese resultado porque finalmente confiaste en ti y en tus habilidades. Así es como se logran las cosas.
—No sé realmente qué cambió en mí, sólo sé que no quería volver a vivir la decepción del juego pasado —Steve se explicó, pensativo—. Necesitaba demostrarles a los que confiaban en mí que su apoyo valía la pena. No me gusta defraudar a la gente —el chico se acomodó sobre su cama, sosteniendo el celular en un mejor ángulo frente a su rostro.
