Ojos Verdes

Capitulo 5

Los jóvenes de ambos institutos se metian dentro del instituto, los "cupidos" agitaban sus papeles guiando a los demás estudiantes -Vamos a dentro Helga, creo que el partido de Gerald comenzará-. Arnold se levantó y metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta, tuve suerte de ser interrumpida antes de pronunciar algo de lo que me arrepentiría -Vamos Arnold-. Me levante y camine por enfrente de él dejando la rosa en la banca.

Caminamos hasta llegar a las gradas de la cancha, los estudiantes se preparaban, nuestro equipo llevaba su uniforme rojo con números blancos y el de nuestros adversarios con un distintivo color negro con blanco. Nos sentamos en dos asientos que estaban casi en primera fila. Otros chicos comenzaron a repartir corazones de papel a todas las chicas de las gradas incluyendome.

De un momento a otro me sentía tensa, no sabía que contarle pues sentía que todo por contarle estaba guardado en una caja en mi habitación recogiendo polvo. Me sentía impotente y débil al no poder cambiar mi situación y escuche a Arnold -No veo a Gerald, ire a buscar lo-. Vi que se levantaba y pasaba frente a mi.

Continuaban entrando y los equipos se preparaban, unos haciendo unos cuantos ejercicios, otros simplemente bromeaban entre si burlandose de los contrincantes. Yo ahora estaba sentada en las gradas sin sentir que  mi situación cambiará, no hablaba con nadie y no tenía más que de amigo a Brainy.

Pude ver como nuestros jugadores se juntaban a la mitad de la cancha a darse ánimos y burlas dirigidas al otro equipo, entre ellos estaba Gerald y Arnold llegaba con el. Las porristas de ambos equipos llegaban con sus típicos uniformes atrayentes y cortos. No podía quitar de mi vista a la chica castaña que se veía tan resplandeciente.

Los chicos de atrás albureaban a las chicas por sus faldas cortas, como niños de primaria avergonzandose asi mismos y golpeándose con los hombros tiraban los bocadillos que comían y así es como termine con palomitas en mi cabello. Un chico pasó vendiendo sodas y compre dos por instinto. 

Las chicas de mi costado hacían exactamente lo mismo con los jugadores de ambos equipos -Mira el rubio de ahí-. Una de las chicas menciono y las demás como en una granja de gallinas se alborotaron.

Pude ver como las chicas intentaban llamar la atención de varios jugadores, así es como confundieron a Arnold con un nuevo sustituto de cualquier jugador lesionado. Las porristas de nuestro equipo se acercaban a los demás jugadores alzando sus pompones y el árbitro llegaba apenas a la cancha con los dos entrenadores de ambos institutos. 

Los chicos detras mio continuaban haciendo tonterías y empujándome con sus rodillas en el proceso,  agarre una de las sodas que compre e intente distraer mi mente con la lata. Arnold no regresaba y nuevamente me quede esperando, leía los ingredientes de la soda y escuchaba como las porristas comenzaban sus porras, insultos coordinados de un equipo a otro con ritmo de sus pies y palmas.

El partido de Basquetbol había comenzado y me había quedado sola nuevamente, recordé cuánto detestaba estar en San Valentín y de reojo podía ver palomitas y confeti atorado en mi cabello.

 Cuando volví a poner mi vista en la cancha vi a Arnold siendo tomado nuevamente del brazo por la porrista castaña y ella era acompañada por sus demás amigas quienes los rodeaban. No podía escuchar lo que decían pero podía suponer que era por sus reacciones.

No eran más que una linda pareja, sentía envidia por como una persona llega a otra en solo un día de lo que a mi no me a bastado media vida. Me sentía como un pez fuera del agua luchando por respirar; sentía que no era un mundo al que pertenecía, me sentía más herida con su regreso confirmando lo que sabía que, solo no saber nada.

Cerré mis ojos y junte mis manos con la soda en medio de ellas, el ruido que había a mi alrededor se apagó. Me imagine mi vida sin Arnold en ella, me imagine el tiempo desperdiciado en pensar en él  y las veces que intenté mandarle una carta.