Mis días habían sido contados, apenas ayer era la chica que no tenía esperanza alguna de encontrar me al amor de mi infancia y hoy teniendo la oportunidad de ver lo de nuevo me pasa algo vergonzoso.
-Olga, hoy no asistiré al instituto, quiero reportar me muerta-. Me acosté cubriendo mi cabeza con las cobijas.
-"Ese" chico dijo que te esperaría verte hoy ahí, dijo algo como que si no ibas él vendría a ver si te encontrabas bien-. Salte de la cama con las palabras de Olga, ya era bastante pensar en ver lo en el instituto pero estar los dos solos en mi cuarto después de lo que pasó no lo podría soportar.Lleve a mi hermana fuera de mi cuarto para cambiarme.
Arregle mi cabello volviendo amarrar mi listón como si fuera una diadema. Tenía un plan, evitarlo todo el día si era posible. Yo podía vivir con mi amor secreto pero no con un rechazo otra vez y con un rechazo por mostrarle las ruidosas cosas sucediendo en mi estómago.
Tome de mi armario un suéter rosa que era escotado hasta los hombros y un pantalón cualquiera. Salí de mi habitación y baje a desayunar lo que Olga había preparado.
Miriam desayunaba aún mirando su cámara-. Mi pequeña Helga está creciendo- dijo tomando un sorbo de café -Nuestra Helguis ya no es una adolescente mamá, pronto se podría ir volando-.Mi madre y hermana parecían cómplices de algo que yo no sabía, parecían saber más de mi futuro que yo misma.
-Tendremos que conseguir una casa más grande para mis nietos ¡Olga!-. Miriam se había levantado afligida de su asiento -Alto ahí-. Dije tomando un plato con huevos estrellados que Olga preparó -No se de donde han sacado esas cosas pero detenganse-.
Tome un pan tostado y empecé a desayunar, mi estómago seguía haciendo ruidos solo susceptibles a mi oído -Panquecito, según lo que oí tu tienes una cita hoy con Arnold-. Olga dijo con picardía recargándose en la barra de la cocina. El sorbo que le di a mi taza de café me hizo derramar la por mi nariz, ahora tenía cafeína en mis fosas nasales.
-Awww mi pequeña hija estará rodeada de galanes, como yo cuando era joven y tu olga en tu adolescencia e incluso ahora-. Decía Miriam con suspiros en un ambiente que parecía estar excluyendome -Es una florecita mi panquecito, ayer muchos jovencitos babeaban por ti desde atrás de las mesas-. Termine de desayunar y me levante.
-Señoritas, si están muy ocupadas con su platica me retiro-. Olga se quitaba su mandil y mi madre terminaba de beber su café y entre las dos soltaron una risita conspirativa -Vamos Helga, iremos las tres a dejarte, mama ira a su trabajo y me dejara cerca de tu instituto para recoger mi licencia renovada-. Ambas se apresuraron a tomar sus cosas y salimos de la casa para subirnos en nuestro pequeño coche amarillo.
Miriam había ahorrado dinero para comprarlo despues de su divorcio con papa, ella no quería quedarse con su "bebé" o mejor dicho, vieja chatarra antigua con cuatro ruedas de la que estaba tan orgulloso. El resto del camino estuvieron hablando sobre mi vida ficticia ignorandome. Suponían que era popular o tenía un grupo de seguidores cuando en realidad había pasado mis años intentando no ser notada.
Llegamos a mi instituto una hora después y en el campus muchos jóvenes traían vestuarios excéntricos, repartían rosas como volantes y otros tenían un puesto de "confeciones anonimas".
Me despedí de mi hermana y madre que aún seguían ignorando mis réplicas ante su plática de mi.
-Confiésale a tu ser amado tu amor pero ¡Shhh! no sabrá que fuiste tu-. Gritaban chicos en pañales ofreciendo volantes y mostrando tarjetas de San Valentín con un plumón, otras chicas rodeaban a esos chicos emocionadas -Hazlo Fernanda, el no sabra que fuiste tu-. Chicas insitando a sus amigas a declararse.
-Tonterías-. Abrace mi carpeta y camine entre el campo lleno de jóvenes alborotados, a punto de acercarme a la entrada vi a un joven rubio con chaqueta turquesa de nuestro equipo y una camisa de cuadros amarrada a la cintura. Una combinación entre un chico rudo del equipo y un chico bueno perdido en la selva.

ESTÁS LEYENDO
Ojos Verdes
Fanfiction-Han pasado años desde la última vez en la jungla y tal vez sea hora de preguntarme ¿En qué momento el amor se volvió una fastidiosa obsesión? Si aquel chico volviera a mi vida en este momento...¿Cupido será quien se burle de mi? -.