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Aquel día carecía de un brillo singular, los caballeros reales de Daegu disparaban al aire mientras sus vestimentas lucían más que impecables en aquella ocasión

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Aquel día carecía de un brillo singular, los caballeros reales de Daegu disparaban al aire mientras sus vestimentas lucían más que impecables en aquella ocasión. Tanto reyes y futuros herederos de distintas tierras se encontraban reunidos bajo una tenue llovizna. YoonGi se mantuvo en blanco, sentía que aún no podía reaccionar o procesar todo correctamente y no podía reconocer la gravedad del asunto, se sentía un poco en shock cerrando sus ojos por momentos dejando que las tristes nubes lo empaparan por completo y una vez más su mente revivía la escena de hace un día, ¿Por qué había ocurrido aquello? ¿Por qué después de todo la vida seguía jodiendo su existencia? ¿Esto era acaso un tipo de pago que debía por todo el daño que ocasiono en el pasado?, muchas preguntas de las cuales solo obtenía respuestas mediocres que solo lo hundían más en su miseria. Park JiMin se encontraba a su costado siendo cuidado por uno de los sirvientes de Busan con una reluciente sombrilla para que la lluvia, que cada vez se hacía más intensa, no empapara sus costosas prendas. Nadie decía algo o si lo hacia el sonido de las gotas de la lluvia impactando contra el suelo hacia que el sonido de las desagradables voces muriera y YoonGi aun así no era capaz de prestar atención en su totalidad regresando en si cuando una fría mano apresó la suya con algo de fuerza, era el momento, las dos grandes cajas que se encontraban frente a ellos, que al inicio habían sido cubiertas por la bandera del reino, ahora se encontraban desnudas siendo bajadas poco a poco para su entierro. YoonGi no estaba consciente de si estaba llorando o no, y muy en el fondo no quería descubrir la gran tristeza que su ser emanaba, su vista viajo hasta la mano que sostenía la suya viajando por toda la extensión del brazo hasta llegar al rostro del príncipe de Busan.

—Estoy aquí, no estarás solo. — No sabía si aquella muestra de cariño y apoyo reconfortante estaba siendo del agrado de la presencia de los presentes, aún más de cierta chica que los observaba con una ceja alzada desde un poco más lejos. El procedimiento de la despedida de los reyes había culminado después de un largo y agotador tiempo, los invitados poco a poco fueron desapareciendo del enorme jardín para ocultarse de la lluvia y aunque JiMin quería quedar a solas con su chico le fue casi imposible al ser arrastrado por sus padres hacia los adentros del palacio de Daegu. Cuando estuvo dentro observo su mano que hace un momento sostenía la pálida y fría mano de Kim, se había quedado solo en aquel lugar con algunos caballeros que seguían lamentando ser tan poca cosa en la protección de sus reyes. —Justo le dije que no lo dejaría solo y fue lo que hice. — Hizo una mueca de desagrado volteando a sus espaldas cuando el llamado de su madre se hizo presente. La fémina se acercó procurando que JiMin aun luciera impecable, como siempre quería que estuviera, Park por el contrario se forzó a si mismo a no hacer una mueca o gesto para apartarla. —Mi reina, me permitiría regresar con el príncipe YoonGi. — Para el chico era estresante tener que pedir permiso en una situación como aquella, aún más la molestia apareció en su pecho cuando vio la negación por parte de la que hacía llamar su madre.

—Tenemos que regresar, Daegu sin reyes dará mucho para iniciar algo fuerte y grande. Tenemos que estar preparados para todo. — ¿De qué hablaba?

—Reina, no entiendo a lo que se refiere, el príncipe YoonGi sigue en pie y tomara el trono que le otorgó su padre. ¿Cómo podría iniciar algo fuerte con eso? — Y aunque los dos hablaban de una manera un poco más baja sin tratar de llamar la atención de alguien, la prometida de Park hizo aparición sonriendo de oreja a oreja.

—Me gustaría responder eso, mi alteza. — Hablo hacia la reina para después voltear su mirada hacia JiMin. — La mayoría de territorios tienen conocimiento de que Kim YoonGi heredero del trono de Daegu aún no está preparado para gobernar. Muchos querrán el territorio y Busan no puede quedarse solo mirando, podemos ser reyes de ambos territorios, amor. — Con cada nueva palabra que soltaba la hermosa chica hacia que JiMin deformara su rostro en una expresión de incredulidad y desagrado. Iba a negar aquello, a sabiendas que su padre no sería capaz de robar un territorio, pero la expresión de su madre lo hizo quedarse mudo. No podría ser cierto, ellos desde hace años tenían una buena relación con Daegu, ¿y ahora después de un día había cambiado su actitud al respecto?

—No pueden hacer eso, lo correcto sería apoyar al príncipe YoonGi y...— Su voz se cortó cuando miro a su padre acercarse, mantenía su semblante serio, pero JiMin sabía bien que algo en él no estaba en orden, una posible tristeza emanaba a su alrededor que era un poco notoria para él, siendo su hijo. — ¿Sucede algo? — El rey se detuvo cuando estuvo cerca, tomó un pequeño suspiro y observo a su hijo detenidamente.

—La mesa redonda creen buena idea que JiMin se quede en Daegu para guiar al príncipe Kim y sinceramente no me opongo a la idea, será más fácil saber qué ocurre en Daegu con JiMin presente. — La nueva información fue recibida con nuevas expresiones para los presentes, Park con sorpresa y cierta felicidad por saber que podría quedarse, la princesa con el ceño fruncido mientras trataba de negar sutilmente con la cabeza aunque sabía que no podía oponerse a una decisión del rey y la reina que se mantuvo neutral. —Solo requeriré que escribas todos los días cartas sin falta explicando a detalle lo que ocurra, es una pena lo que paso pero... es mejor preocuparse por el futuro que esto tendrá. Muchos reyes consideran que el chico pálido no es apto para gobernar y por lo mismo quieren quitarle el territorio para cederlo a personas con mejores capacidades, vidas del pueblo están en riesgo con esto, es mejor mantenernos informados y meternos lo más que podamos, si sucede algo puede que nosotros seamos los próximos a gobernar. — JiMin se sintió vomitar con lo que los demás reinos querían hacer, además de escuchar las claras intenciones de su padre, el no permitiría que sucediera aquello, si tenía la oportunidad de estar con YoonGi todo este tiempo entonces lo aprovecharía para bien y haría que los demás reyes y reinas cerraran sus bocas, ellos no sabían lo mucho que YoonGi tenía para dar y él se los demostraría.

El príncipe de Busan no quiso intercambiar muchas palabras al respecto, solo atino a aceptar el pedido como era costumbre en él y con total libertad se dispuso a dar media vuelta para encontrar a su chico, no le importo mucho el no despedirse y parecer descortés, por primera vez su prioridad era estar cerca de YoonGi y no el preocuparse por parecer el chico perfecto que siempre querían que fuera. Volvió a salir notando que la lluvia había parado y solo las nubes grises seguían presentes, la silueta de un chico se encontraba sentado sobre el suelo, así que con rapidez se acercó importándole poco el ensuciar su calzado cuando comenzó a ingresar en el área del jardín. Tal y como pensaba, YoonGi era el que se encontraba ahí totalmente solo.

—Dije que no quería a nadie aquí. — Su voz se hizo escuchar, era profunda y cargada de gran dolor. JiMin apretó sus labios entre sí, no era posible como todo estuviera sucediendo tan rápido, apenas y podía creerse lo que había vivido con el pálido en el lago y ahora vivían en una pesadilla tan desagradable. Tomó una bocanada de aire antes de animarse a hablar.

—Soy JiMin. — Eso fue suficiente para hacer que el chico que se encontraba en el suelo volteara la cabeza para verlo, Park pudo ser testigo de la expresión cargada de tristeza que tenía, como los ojos gatunos se encontraban rojos de tanto llorar o como la punta de su nariz se mantenía carmesí. Esa fue la primera vez que pudo conocer a un YoonGi inestable y débil, nada que ver con el chico de apariencia fuerte que conocía. El príncipe de Busan poco a poco fue descendiendo hasta quedar sentado al costado del contrario, el cual no se negó a su cercanía y mucho menos a su compañía. Se mantuvieron en silencio, siendo YoonGi el primero en romper por completo la corta distancia que los separaba para prácticamente lanzarse a los brazos de Park quedando sobre este, haciendo que JiMin quedara recostado en el césped mientras que YoonGi estaba sobre él escondiendo su rostro en el pecho del amable príncipe.

—Dijiste que te quedarías conmigo, ¿Dónde estabas? — El corazón de Park se volvió pequeño al escuchar un pequeño sollozo después de aquella amortiguada pregunta.

—Perdona, estaba arreglando unos asuntos para poder cumplir con mis palabras. — YoonGi no dijo nada más, solo se quedó ahí como un niño pequeño tratando de que lo protegieran. Ambos sumidos en su mundo sin percatarse que a la distancia una pareja se encontraba observándolos, la chica con molestia mientras que el chico con una impecable sonrisa.

—Deja de sonreír, estaremos en problemas como aquel vago suelte alguna palabra. — La mujer regaño por lo bajo procurando que nadie estuviera por los alrededores, ni siquiera guardias. —Espero que soluciones esto, necesito muerto a ese estorbo. —

—Deja de preocuparte tanto, todo irá acorde al plan. —





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⏰ Última actualización: May 13 ⏰

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Educando a un rey  ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora