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—Habla ahora que puedes o me iré rápido en cuanto no resista seguir mirando tu horrible rostro

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—Habla ahora que puedes o me iré rápido en cuanto no resista seguir mirando tu horrible rostro. — YoonGi bufo haciéndose ver molesto queriendo ocultar sus evidentes nervios, se sentía estúpido por querer ocultar aquello que sabia que JiMin percataría con facilidad si seguía abriendo la boca. El príncipe de Busan muy por el contrario lo observo intensamente, escaneándolo por un momento de arriba hacia abajo sin descaro alguno, pero a diferencia de aparentar verse algo molesto por las palabras de Kim, JiMin solo quería admirar lo mucho que el pálido había cambiado en todo ese tiempo sin estar a su lado, su cambio físico y su esencia como persona, dándose cuenta de inmediato que aquel chico no era el mismo niñato mal educado con el que se encontró por primera vez.

—No se como iniciar sin sonar tan tonto. — El pálido escaneo su alrededor, perdiendo su mirada por un momento en el bello jardín que el palacio poseía. Estar en ese lugar de alguna forma lo hacia tranquilizarse, estaría mas nervioso si estuviera en un lugar cerrado solamente con Park de frente. YoonGi volvió a observarlo recordando vagamente la ultima vez que había visto a JiMin, él sentando frente a su bella dama, con una sonrisa reluciente y el posible pánico en sus ojos al verlo ahí irrumpiendo su privacidad. Sus ojos se cerraron un momento permitiéndose suspirar para tranquilizar la sensación de presión en su pecho, si no escuchaba que el príncipe de Busan daría inicio a lo que quería decir entonces él se tomaría el atrevimiento de retirarse sin escucharlo o darle otra oportunidad. Por otro lado JiMin desvió su mirada hasta uno de los pasillos en donde unas princesas algo metidas estaban escondidas, además que el personal del pasillo a veces transcurría por el lugar sin darles verdaderamente la privacidad que merecían. Dando unos pasos hacia adelante tomo el antebrazo de YoonGi llamando su total atención. —Escapemos al lago y te podré contar todo.— Aquella propuesta hizo que una de las cejas del pálido se alzara, abrió la boca dispuesto a quejarse pero un movimiento de cabeza de Park lo hizo mirarlo algo confundido por lo que giró a cabeza a la dirección dictada encontrándose con unas cuantas mujeres. —Por favor.— Aquella súplica salió en un pequeño susurro.

—No puedo desaparecer mucho tiempo, lo sabes.— YoonGi imito el tono hablando bajo, cómo si intercambiarán secretos entre ellos. Y aunque Kim no lo quisiera aceptar caería ante la petición dada, el pálido con su otra mano hizo que el agarre de JiMin descendiera hasta que sus manos se tocaron entre sí, aquel simple tacto hizo que ambos sintieran un cosquilleo. YoonGi corrió su mirada sin poder conectarla con la de su contrario comenzando a caminar para dar con otra de las salidas que tenía el palacio, ninguno de los dos les importó mucho dejar que las féminas los miraran tomados de las manos. Y Park no necesito preguntar a dónde iban, a pesar de las palabras que recibió sabía que YoonGi había aceptado. Sin intercambiar palabra alguna tomaron un solo caballo siendo YoonGi el que iba dirigiendo mientras que el príncipe de Busan sin quejarse se subió atrás tomando la cintura de YoonGi en un fuerte agarre apegando sus cuerpos ante el poco espacio que la silla de montar les brindaba.

Los nervios del príncipe de Daegu se dispararon mientras hacía que el caballo comenzara a caminar por uno de los lados del palacio que sabía no había guardias, de esa forma no serían descubierto. Con cada nuevo movimiento que el animal ejercía sus cuerpos rozaban entre sí, aquello hizo que las manos del pálido sudaran y que el lugar en donde sus cuerpos conectaban ardiera. Trato de despejar su mente haciendo que el caballo hiciera su trabajo con más rapidez y así acabar con todo lo que estaba sintiendo en ese momento. JiMin mantuvo sus ojos cerrados sólo abriéndolos para bajar su mirada para observar el redondeado trasero del chico delante de él el cual se restregaba contra él, pensó por un momento que aquello era un premio o castigo. Ni siquiera se enteró del momento exacto de cuándo llegaron, solo se dio cuenta cuando YoonGi hizo el intento de bajarse primero, por su parte se tardo unos minutos en imitarlo acomodando sus pantalones cuando estuvo en el suelo evitando a todo momento tocar su zona baja para no llevarse con la sorpresa de haber creado un problema entre sus piernas.

—Habla rápido.— El pálido acomodo al corcel bajo un árbol en donde tuviera sombra. Bien, ese era el momento para JiMin. Con un paso rápido se acercó al delgado pero al mismo tiempo formado cuerpo del príncipe pálido, hizo que girara sobre sí mismo llevando su cabeza hacia enfrente cuando un agarre apareció en su nuca. YoonGi abrió los ojos algo sorprendido por la acción sintiendo los esponjosos labios de Park que tanto extrañaba sobre los suyos, su mente le gritó que se apartara del contacto mientras que su cuerpo accedió a corresponder. Ambos se dejaron llevar por aquello, cerraron sus ojos de a poco comenzando una danza tranquila dejando que sus bocas volvieran a reconocerse entre sí, probando y detallando cada pequeña parte.

—Me gustaste.— Susurro sin apartarse mucho del príncipe de Daegu, negando después a sus propias palabras. —Me gustas.— Se corrigió enseguida. —Nada de lo que sucedió o lo que hice fue un juego.— Aclaró haciendo que YoonGi abriera sus ojos despacio sintiendo sus mejillas picar al experimentar nuevamente esos sentimientos que pensó no volver a sentir. —Nunca quise ocultarte mi compromiso de mala forma, solo no quería comerme la cabeza con ello, solo quería pensar en ti y lo que hacía contigo. Quería dejar lo de Busan en Busan y concentrarme en lo que tenía en Daegu.— Las manos de Kim se posaron en el pecho de JiMin alejándolo un poco al sentirse asfixiado con las palabras dichas. A pesar de que sentía felicidad por al fin saber que realmente JiMin si gustaba de él aún había un sentimiento de pesar y tristeza instalado en su pecho.

—Aún así, debiste de habérmelo dicho. Merecía saberlo.— Park asintió dándole totalmente la razón.

—Claro, merecías saberlo. Discúlpame por no ponerte al tanto.— Ambos se quedaron en silencio un poco, sin apartarse demasiado del cuerpo contrario, YoonGi aún mantenía sus manos en el pecho de Park mientras que este había optado por dejar una de sus manos en su cintura mientras que la otra aún reposaba en la nuca del pálido.

—También me gustas.— Fue un pequeño susurro que salió con una pizca de vergüenza o pena, al menos eso pudo descifrar el príncipe de Busan. —Aún me gustas a pesar de haberme roto el corazón.— Aquella confesión dolió en el pecho de Park, insultándose en sus adentros por haber lastimado los sentimientos de ese precioso chico que tenía delante. YoonGi parpadeó un par de veces observando a la dirección del lago sintiendo sus ojos cristalizarse de solo recordar todos los sentimientos negativos que lo estuvieron consumiendo todo ese tiempo.

—Quise buscarte enseguida después de eso, pero no se me permitió abandonar Busan, traté de escapar un par de veces pero tenían los ojos puestos en mi.— Con cuidado la diestra de JiMin fue a parar a la barbilla del contrario haciendo que volteara a verlo. Sus labios nuevamente conectaron entre sí de forma lenta y sin la intención de acelerar el ritmo, simplemente demostrando lo mucho que se habían extrañado todo ese tiempo sin estar juntos y al fin diciéndose solo con ese contacto todos los sentimientos que tenían por el contrario y que por sobre todo, aún YoonGi no se atrevía a pronunciar en voz alta. Al separarse el pálido rápidamente limpio su rostro de las lágrimas que habían abandonado sus ojos, JiMin por el contrario y con una delicadeza indescriptible beso cada recorrido de agua salada de sus mejillas.

A lo lejos un hombre los observaba en total seriedad, no perdió ningún detalle de la asquerosidad que ambos príncipes hacían hasta que tuvo suficiente. Haciendo un movimiento hizo que su caballo avanzara alejándose del lago y sobre todo de los príncipes. Una sonrisa surcó sus labios en cuanto la maldad se instaló en su pecho. —El juego apenas va a comenzar. —Se rebuscó en su ropa dando con lo que buscaba. —Larga vida a los reyes.— Soltó una risa observando el líquido transparente. Era momento de que Daegu se viniera abajo.

 Era momento de que Daegu se viniera abajo

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Hola. <3

Pregunta.
¿Tienen algún modelo a seguir?

Educando a un rey  ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora