Habían pasado 12 meses desde el día en que todo se fue a la mierda, hace 12 meses mi relación con Jazmín había cambiado para siempre. Ya no eramos las mismas, no nos gustaban las mismas cosas que antes, ni hacíamos las cosas que en otro tiempo tanto nos divertían. Habiamos cambiado muchisimo en ese año, eramos personas diferentes que ahora iban por caminos diferentes.
Si, teniamos cierta relación, nos veíamos de vez en cuando por nuestro grupo de amigos o familias y hablamos, pero yo la veía y mis sentimientos no brotaban como en otro momento lo hubiesen hecho, no me abrumaba su presencia, ni tampoco la tristeza por haber perdido ese vínculo con ella se hacía presente.
Solo había una cosa que no había cambiado nada, una sola, era posible que ya no la amara, ni siquiera estaba segura de eso, ya no pensaba todo el tiempo en ella, ya no lloraba cada maldito día, ya no me culpaba o lamentaba por lo que había pasado. Pero habia algo de lo que estaba muy segura, cuando hablamos, nos reíamos por algo y nuestras miradas se conectaban por un breve instante siempre surgía el mismo deseo en mi interior, ella. Aun a pesar del tiempo y la distancia Jazmín me gustaba, mucho, y eso era algo que ni todo el tiempo del mundo podría borrar.