Comida de piedra y alguien pide un deseo

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'El Terrier de la panadera se acercaba a su casa bien alegre tras el rastro de Akihiko'

Tal vez demasiado alegre... Tanto que podrías ver el caminito por el que vino siguiendo las gotitas de pis.
Aquel perro tenía mucha estima a Akihiko. Desde que llegaron parece que le cayó muy bien, no por nada él y la familia de su esposa eran reconocidos por lo que en esta parte del mundo se conoce como 'Magizoologos'. A pesar de ser una raza no mágica siempre sintió afinidad por estas criaturas tan nobles y fieles. Si tan solo estás calmado y te dejas saludar hasta el perro más desconfiado y gruñón gustará de tu compañía.

En lo que lees Akihiko se dirigía a la entrada a recibir al perro.

— Oh, vaya - Se secó las manos en su mandil/delantal y agachó para acariciar al perro, el cual estaba bastante alegre por verle luego de dos días - Menos mal que hace rato no llueve y me pudiste seguir. ¿Donde está tu madre, chiquitín? ¿Ya regresó?

— Yuliiiiii~ - Una voz desconocida proveniente de la esquina que da a la tienda llamaba al perro pero este no se fue del lado de Akihiko - Yulii~ - Asomó el mismo hombre que poco antes había venido a preguntar a Jade mirando hacia ellos y procedió a bajar con calma para no resbalarse

Cuando estuvieron a la misma altura ambos se saludaron coordialmente e intercambiaron unas palabras. Primero Cadogan* fue a disculparse por asustar a su hija al preguntar en su casa antes, cosa que Aki averiguó ahí mismo ya que al hablar con las niñas tan animádamente hasta él se olvidaba de poner el arroz, luego ya le contó que era el hermano menor de Manna y que ella estaba enferma y por eso no pudo abrir antes. Había venido a cuidarla y ahí fue que Yuli se escapó. Y tras un pequeño alto en la conversación donde Cadogan se dio cuenta que tenía un pequeño acento Galés, a lo que Aki respondió que es por que el primer sitio de habla inglesa donde pararon era la misma cuidad de nacimiento de Cado, cosa que hizo que congeniaran un poquito; pues ya empezó a decirle Cadogan que tenía que volver rápido por que no le quedaba casi medicina y su hermana necesitaba mas atención. Justo ahí Aki le paró por el hombro y le explicó que él tenía algunos botes de hiervas para el resfriado que preparaba por su hija, la cual se pasaba cada invierno de virus en virus y quedaron en verse en unos minutos. También para poder usar su teléfono.

— ACHUU~ - Nada mas entrar a la casa se oyó claramente un estruendoso estornudo. Aki todo normal se disponía a disipar con un matamoscas el carrusel de lo que fuere haber creado esta vez, pero al entrar se quedó ojiplático. Habían como 40 libélulas de mocos por media casa y una especie de jardín/nana estrellitas en el salón rodeando a la niña - ¡Papáaaaa! - Se quejó Jade - ¿Estabas hablando de mí en el jardín o qué? Fui a buscarte a la cocina pero las flores estaban cerradas. No se quien fué pero no pude abrir. No paraba de estornud- ¡achú!

— Bueno... Al menos esos dos fueron mas flojos que los demás... - Dijo una titubeante y tímida voz. Bajo una gruesa manta echa bolita se encontraba Lily. La cual huía de aquellas formas cada vez más mucosas

— ¿¡Por eso estabas como golem delante de la chimenea!? JAHJAHJAH - Se rió el padre al ver a su hija intentar proteger a la amiga con su cuerpo y una servilleta a modo de nunchacus improvisados. - Mis mas sinceras disculpas - Dijo esta vez en japonés sin querer, Jade avergonzada le hizo llegar las disculpas a su amiga y comenzaron a remover aquellas cosas a prisa. - Jade, tradúceme

Y ahí en lo que limpiaban y encargaba a Jade seguir con la cena les dijo lo que había pasado y pidió el número de su casa a Lily. Esta, en vez de salir para llamar en al tienda, decidió quedarse un poco con la excusa de no tocar mocos por el camino. En verdad sabía que tan tarde nadie podría venir por ella y deseaba pasar allí la noche. Akihiko tomó un papel escrito por Lily con el mensaje que ella quería darles y de paso le preparó también unas frases que él le dictó para no equivocarse al hablar. Tomó para llevar un par de de botes para el resfriado común, no sin antes darle el suyo a Jade y una cucharadita de otro sin tocar a Lily para prevenir el contagio. Tras repasar un par de veces las frases mentalmente salió raudo a la tienda. Jade y Lily por su parte se rieron hacia adentro por el nerviosismo del padre y se pusieron a mirar que había para comer

Joven Severus Snape x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora