"Había un lugar en tu cama y me volví un okupa..."
En algunas ocasiones Jack tan solo le abría la puerta y caminaba de vuelta a su habitación por que sabía que Finn siempre iba detrás de él en silencio.
A veces las palabras les sobraban en las múltiples situaciones que vivían.
El castaño tan solo abre las sábanas y se recuesta en la cama del lado de la pared dándole la espalda a su acompañante.
La habitación está oscura y ninguno de los dos hizo ningún esfuerzo por encender la luz. El ambiente tenue era algo sumamente fugaz.
Finn se quitó los zapatos dejándolos caer hacia cualquier lado de la habitación, Jack sintió con perfección como una risita salió de la boca de este tras haberse tropezado con algo.
Jack tan solo se concentró en cerrar sus ojos e intentar dormir de nuevo hasta que claro, sintió como las sábanas se volvían a abrir y al instante el peso de alguien más hundió el colchón en el que reposaba.
Su corazón comenzó a latir con fuerza tras sentir como Finn se acurrucaba a su lado con total confianza, sus piernas de pronto se enredaron con las suyas y la respiración de éste comenzó a chocar en su cuello de forma constante causando que la piel se le erizara con suavidad.
Uno de sus brazos se empeñó en abrazarle por la cintura acercándole más a él y su nariz chocando con el lóbulo de su oreja terminó por inundar las múltiples emociones que el cuerpo de Jack estaba comenzando a sentir.
Pero tras haber pasado unos cuantos minutos sintió con claridad el cuerpo de Finn relajarse y su respiración apaciguarse, ahí cayó en cuenta de que éste finalmente se había quedado dormido.
Se durmió abrazándole y Jack una vez más se quedó con múltiples ganas de decirle todo pero sin saber cómo hacerlo.
La habitación y la cama de Jack una vez más terminó siendo el lugar de ambos.
