Era de madrugada, el profesor solía quedarse hasta tarde en el parque leyendo sus novelas románticas. A pesar de tener buen porte y un rostro amigable, las relaciones no eran particularmente lo suyo. Algo extravagante, y en ocasiones extraño, su comportamiento errático y aislado se confundía fácilmente con el de alguien desinteresado. Las personas con las que había estado, hombres y mujeres, siempre eran extrovertidos, animados y en ocasiones muy llamativos. Ley de opuestos. Tal vez era su manera de ser o simplemente no podía conservar una relación por mala suerte. El amor acaba. Una frase recurrente en su día a día.
Aquella noche, se entretuvo tanto en querer saber el desenlace de su novela que no vio la hora. Cuando acabó, el sol ya amenazaba con aparecer el en horizonte "Será mejor esperar".
Sentado en una banca de piedra, acariciaba los pétalos de una rosa de castilla que crecía en aquel lugar, llevaba años acudiendo a ahí. Pasaba las horas leyendo después de una jornada de clases de química. Las canas ya empezaban asomarse en su cabeza. Los años no habían sido en balde. Disfruto lo que pudo de la vida, no era viejo pero si sentía que su vida carecía de un propósito real.
Al cruzar la primera ráfaga de luz por el firmamento, se levantó y comenzó su marcha a su rutina diaria, un baño, desayunar y caminar rumbo a la universidad a fingir que le gusta su trabajo.
No había mucho en la existencia de este hombre, desamores y experiencias de todo tipo. Errores y algunas aventuras románticas, pero nada que le diera intensidad o placer. El sexo ya no tenía sabor, la comida ya no tenía textura, la música ya no transmitía un mensaje.
Todos los días era lo mismo, dar clases a una bola de jóvenes que solo buscaba una calificación, no había pasión en lo que hacían en sus vidas.
Los días cada vez pasaban más lentos asfixiando su alma, a veces contemplaba el vacío desde un puente peatonal "Todo carece de un propósito".
Cruzaba la avenida caminando con los autos circulando. No sentía miedo o preocupación sobre lo que pasaría, pero le gustaba pensar en el final de aquellas personas, si él muere, ellos tendrían una responsabilidad que jamás pidieron o merecieron. "Tal vez eso haga su vida interesante" comentaba en voz baja con una ligera sonrisa.
Aquella noche la luna llena estaba en su punto, majestuosa y gigante, "Luna de Gusano" comentaron algunos transeúntes, él la observó por largas horas, sentado en la banca de siempre. Su color amarillo daba una sensación de esoterismo. "En otras épocas, hubieran quemado brujas o hecho rituales y bailes bajo esta hermosa luna" dijo para sí mismo en voz baja.
"En otras épocas, la veneraban, no solo con ese color, la veneraban porque era su amiga, su diosa, su madre o su amante" Aquellas palabras lo sacaron de su letargo, una hermosa mujer de piel morena y cabellos de plata, estaba sentada a su lado, su aire, cálido y reconfortante, la mirada centrada y fina, cada uno de los detalles en su rostro, cada curva mostraba una verdadera obra de arte. No podía calcular su edad, parecía una mujer madura pero también una joven quinceañera, su mente no entendía, no podía procesar la belleza. "En otros tiempos, los hombres y mujeres habían venido a mí por favores de todo tipo, poder, riqueza, amor. Pero nunca me había llamado alguien que solo desea poder verme" dijo mientras sonreía tiernamente, extendió su mano y rozó la mejilla del profesor. Él a pesar de estar sorprendido, solo devolvió la sonrisa sincera. "Pudiste escuchar mi deseo sin tener que pedirlo, lees el alma de quien te ve y solo necesitas elegir a quien lo hace de manera sincera, gracias, solo quédate conmigo esta noche" contestó el profesor.
La mujer, acarició el cabello de este hombre tan perdido, tan olvidado por sí mismo, las horas transcurrieron y ella cada vez se fue haciendo más tenue, su tiempo en la tierra había acabo. Aquel profesor, había quedado recostado con los ojos abiertos siguiendo la trayectoria de aquella luna, su única compañera en aquellas noches de vela. Una lágrima recorrió su rostro y la última sonrisa se dibujó en sus labios. "Al menos encontré lo que nunca busqué pero siempre necesité"
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Cuentos breves de la soledad
General FictionHistorias de amor, ciencia ficción, decepción, dolor, nostalgia, simples y fáciles de entender