Volví cabizbajo casi que enterrando mi mirada en el piso y no precisamente por el tema de Lisa, sino que apenas dejé el coche en el parking y saqué las llaves de casa, recordé los mensajes que Yiren me había enviado y donde decía que tenía una sorpresa para mí. ¿Ahora que excusa podré darle? He llegado de noche a mi hogar con una mujer esperando por mí y que estúpidamente jamás me vio llegar, no sé cómo pueda sentirse Yiren al respecto, pero estoy seguro de que nada bien.
Apenas piso la alfombra de la entrada principal, doy un fuerte suspiro maquinando todo un diálogo en mi cabeza que termine siendo posiblemente un fracaso. Introduzco las llaves y al abrir la puerta, la primera imagen que obtengo es de Yiren leyendo sobre las escaleras. Jamás había visto a Yiren leer. Parece obviar mi llegada, y apenas me acerco más para saludarla, puedo notar que está hojeando mi antiguo libro. El que ella misma reemplazó regalándome otro. Y cuando hago un notorio sonido con mi garganta, la mujer sube su mirada y me fulmina con sus orbes oscuro
Trato de no imaginar cosas mientras sostiene el libro.
-Yiren - me excuso. - Sé que he llegado tarde y en serio perdón.
Me mira como si estuviera planeando una respuesta, pero al final baja las escaleras y besa mi mejilla con una sonrisa.
-Tranquilo, ¿cenamos?
Y se va.
No sé de verdad que pudiera estar pasando, pero jamás me imaginé un brusco cambio de actitud ni menos viniendo de Yiren siendo una mujer tan explosiva. ¿Pudiera estar todo bien?
Quito mi chaqueta y camino hasta el comedor donde una frondosa mesa se llenaba de platos salados y postres que claramente Yiren no ha preparado. Y cuando me siento, pienso en lo sucedido hoy. Pienso en Lisa y en su boda, en que debo dejar de olvidar todo de una vez porque necesito amar a Yiren tal y como lo hacía antes. Me hace sentir mal ser realmente tan dañino para mí mismo y no saber qué hacer, pero el hecho de quebrar con Yiren me parte el alma y por la misma razón he decidido contarle todo.
La veo llegar con dos copas de vino rojo y se sienta a mi lado.
-Quiero brindar primero - idea mientras me entrega uno de los envases.
-¿Brindar?
Me mira sonriéndose.
-¿Por qué no?
Injustamente eso me ha sacado una sonrisa a mí también, aunque no debo olvidar el verdadero objetivo, aunque por dentro un agujero negro me carcoma el alma.
-Brindaremos, por ti - continúa. - Y brindaremos por mí. Y brindaremos por Lisa.
¿Qué?
Por un momento el corazón se me sale y me muevo de mi silla. Un zumbido como latido es lo que internamente me está agobiando.
-¿Qué acabas de decir, Yiren?
Ella pacientemente toma un sorbo del vino y lo deja sobre la mesa mientras me mira con sutileza sabiendo que puede observar mis ojos y notar la inquietud que ha creado mencionar ese nombre.
-Taeh. - se toma un segundo antes de hablar. - ¿En serio crees que no me he enterado de que estuviste con Lisa hoy en Cacao Vibes?
Dios, Mónica.
Trato de hablar, pero subiendo su tono de voz, Yiren me interrumpe:
-Kim, no creas que ahora se van a intercambiar los papeles. Estamos casados Taehyung.
La palabra casado me crea un revuelo en el cerebro que me limita a realmente querer hacer lo que quiero, y aunque me haya propuesto contarle a Yiren lo de Lisa, por su cuenta se ha enterado y esto me tiene nervioso.
-Puedo jurarte que no es nada malo, Yiren.
-Taeh, ¿Cómo quieres que piense eso si hace cuatro años hiciste lo mismo
Como dije en un principio, el diálogo que había planeado sería un completo fracaso. Las palabras de Yiren rompían cualquier otra que yo mismo hubiera ideado, y por lo tanto, encontrar nuevas se me resulta difícil.
-Sé lo que pasó hace cuatro años - afirmo. - Pero Yiren, no quebraría nuestro matrimonio.
En realidad, y muy sinceramente, no lo haría.
Me observa con un poco de furia, pero sé que sus ojos están por descargar litros de lágrimas. Me levanto para caminar hasta su sitio y abrazarla, pero tan solo me acerco y expando mis brazos, su expresión de rechazo me detiene. Sabiendo todo lo sucedido años pasados, yo hubiese hecho lo mismo y no la juzgo.
-Era tu segunda oportunidad, Taeh. Y la has perdido.
-Yiren, en serio, no era nada malo.
Puedo jurar que arrancaría a llorar yo también porque la desconfianza de Yiren me pega tanto como el matrimonio de Lisa. La confusión me está matando, pero no puedo ver a mi esposa sufrir.
-Escucha algo y es que... - el suspiro que provino de sus labios hizo que mis ojos se sensibilizaran. - Puedo aceptar que te hayas visto con cualquier otra, pero ¿en serio Taeh? ¿Lisa?
Mi corazón se parte cuando me deja parado en medio del comedor con toda aquella comida que posiblemente Yiren encargó y tendrá que pagar. Dejando sobre la mesa el vino y las copas largándose a llorar mientras que mis pies no se despegan de aquella madera tratando de organizar mis ideas y mis sentimientos. Si sé muy bien que ya no amo a Yiren ¿por qué me duele tanto cortarlo? Dios, su corazón es tan dulce que no se merece romperlo.
Un estruendo golpeando las escaleras me despierta de aquel pensamiento y mi corazón palpita con fuerza pensando que pudiese pasarle algo a Yiren. Pero es una maleta y mi ropa descendiendo por los escalones mientras mi esposa grita enfurecida.
¿Me está echando?
-Yiren
Desde arriba escucho un firme:
-No dejaré que ella arruine todo otra vez. No dejaré que me arruines a mí otra vez no pienses que seré el mismo ángel de hace cuatro años.
La observo bajar fuertemente los escalones mientras mis sentimientos se desmoronan al verla tan destructivamente mal y su cara manchada por el maquillaje mojado. ¿Cómo soy capaz de crear todo esto sin ni siquiera darme cuenta?
-No tienes por qué hacer esto, no burlaría nuestro matrimonio jamás.
Se acerca a mí entregando el libro de Lisa y golpeándolo contra mi pecho.
-No me hagas pensar que Lisa ha aparecido de la nada. ¿O vas a decirme que sí?
No puedo mentir más.
-No - musito con hilo de voz. - Yo fui a buscarla Yiren.
La sátira sonrisa que curvea en sus labios me pide a gritos que me vaya de una vez por todas.
-Por favor no hagas esto más difícil, Taehyung.
Debo entender. Debo entender que no puedo seguir ocasionando más daños a pesar de que el odio y la fractura que he creado en el corazón de Yiren sea irremediable.
Recojo toda la ropa que puedo mientras ella me observa desde las escaleras, y al verme marcharme expresa una última palabra:
-Se te olvida dejar el anillo.
¿El anillo? ¿Quiere que lo deje?
No quiero pelearle. A fuerzas me quito el recuerdo matrimonial y lo dejo sobre la repisa mientras recojo de nuevo mi maleta pensando en todas las explicaciones que debo darle a mi padre al llegar.
-Te quiero Yiren, espero algún día me perdones.
Y cierro la puerta.