Lisa estaba sentada a mi lado. Los flashes me cegaban mucho, pero sé que ella estaba feliz por un momento como este.
A los lejos podía ver a mi madre, y a las chicas, que no dejaban de saludar y de reírse como ancianas en un partido de bingo.
Yo estaba contento, con la mujer a quien más amo a mi lado, agarrando su mano y entrelazándola con mis dedos. La observo de reojo y está sonriendo ampliamente, acumulando toda la carne de su mejilla en los pómulos. Amaría morderlos en este momento.
-¡Taehyung! ¡Taehyung!
Bueno, creo que la seleccionaré a ella.
Apenas la señalo, la periodista se levanta de su asiento y engruesa su voz.
-¿Cuál fue la mayor motivación para escribir este libro de poesías? Personalmente de cada uno, claro.
Uau, miro a Lisa y ella está mirándome a mí con un poco de interés. Supongo que me dejaría responder a mí primero; ella me entrega el micrófono.
-Pues... – empiezo a decir. – Hay muchas cosas lindas en esta vida para escribir. Existen muchas personas, o, situaciones que nos impulsan a expresar nuestras emociones. Pero creo que mi padre y Lisa, han sido la más hermosa motivación para plasmar estos poemas.
Todo el mundo soltó un angelical sonido de dulzura, y Lisa besa mi hombro con amor.
Ven ahora y bésame los labios.
-¿Lisa? – pregunta la periodista.
-Claro. Para mí la mayor inspiración, fue el reencuentro con Taehyung.
¡Ahora sí lo hace! Lisa tan sutilmente besa mis labios. Los suyos siendo tan suaves y delicados. Me hacen soñar despierto.
-¿Y piensan casarse? – preguntó la reportera.
Lisa me mira, y puedo jurar que estoy muy sonrojado en este momento. No sé qué vaya a responder ella.
-Lanzar este libro para nosotros a significado mucho, pero les recuerdo que Taehyung tiene esposa y yo esposo, casarnos ahora no es posible.
El público ríe.
Ahora noto que Yiren está junto a mi madre, viéndome allí.
Miro al cielo con la esperanza de encontrar a mi padre, y la mano liviana de Lisa recae sobre mi pierna.
-Estoy segura que ser una amante para Taehyung, significa más que ser su esposa. De lo contrario nuestro amor no fuera tan adictivo, ni tan real.