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Los días pasaron y ellos ya no se habían visto en todas esas semanas, las clases transcurrían normales con uno que otro coqueteo por parte del menor obviamente sin que nadie se diera cuenta.

Últimamente al omega se le ocurría llevar los pantalones más ajustados de lo nomas, también le encantaba maquillarse la boca, un gloss hacía qué esos carnosos labios lucieran más apetitosos de lo normal y YoonGi solo quería, deseaba, lanzarse sobre él y comérselo a besos.

Y al muy maldito se le ocurrió pintarse el pelo negro, si, aquello le encendió en cuanto lo vio pasar al aula, quería tenerlo en cuatro y jalar de aquellos mechones azabaches mientras no tenía piedad contra aquel hermoso culo que le llamaba a gritos, escuchando los aguados y suaves pero fuertes gemidos del pequeño los cuales eran música para sus oídos perfectamente.

Y ahí estaba otra vez, día viernes, la campaña sonó anunciando la hora de salida, todos sus alumnos salían uno por unos pero, como siempre, JiMin se demoraba más guardas sus cosas para salir a lo último, sin embargo, antes de que saliera se aproximó a cerrar la puerta.

—¿Qué sucede?—Pregunto él omega con la mochila colgada en su hombro derecho, a los ojos de YoonGi se miraba demasiado bien ese día. Joder, y es que todos los días se miraba perfecta.

El alfa se recargó en la puerta de madera mirándole de los pies a la cabeza, un tanto juguetón JiMin se dio una vuelta completa.

—¿Qué pasa? ¿Tu tiempo de pensar se acabó?, Por que yo—Se acercó al mayor para acariciarle el pecho con uno de sus dedos—te deseo tanto como la primera vez.

—Vamos a mi departamento, ya.

🌑🌘🌗🌖

—¡Ah, Yoon!...—gimió JiMin moviéndose de arriba hacía abajo saltando con una velocidad considerable para los dos sobre la hombría de su mayor, mientras este le sostenía de la cintura y tiraba de su cabeza hacia atrás, JiMin se sentía en el jodido paraíso, aquella sensación era nueva, iba a su ritmo, sin prisa, algo que, sin duda, volvía loco a YoonGi quien ahora ahogaba roncos gemidos sin abrir los ojos, no podía mover sus piernas, pero el omega se movía tan bien que le estaba haciendo ver las estrellas.

Además, ni hablar del delicioso y embriagante aroma del pelinegro, inundaba toda la habitación al igual que el suyo, las feromonas en el aire, volviéndolo loco a cada segundos, enloquecido con los benditos gemidos que emergían desde lo más profundo de la garganta de su alumno, mientras se hundía en el caliente y apretado interior del menor tocando perfectamente aquel punto que le hacía gritar.

El simple hecho de ver su cuello expuesto cuando echaba su cabeza hacia atrás y abría a más no poder su boca, le hacía tocar las estrellas, aquella imagen tan erotica quedaría plasmada en su cabeza por mucho tiempo.

JiMin movió bruscamente sus piernas, y se dejó de mover solo para abrir los ojos y YoonGi al sentirlo hizo lo mismo, sabía que el omega ya estaba cerca, y cuando comenzó a moverse de nuevo le tomó de la barbilla para que le mirara a los ojos, así, los movimientos se volvieron más rápidos y violentos, la cama comenzó a chocar contra la pared y sus gemidos volvieron a escucharse entre esas cuatro paredes, al sentirse ya demasiado cerca, JiMin colocó sus antebrazos detrás del cuello del alfa mientras movía de adelante hacía atrás a una velocidad increíble sus caderas.

—Joder...—Gimió grueso YoonGi, al borde de su climax—Te mueves tan bien.

—T-Tócame... tócame—Balbuceo JiMin poniendo los ojos en blanco sin dejar de moverse, el pelirrojo acato las ordenes, envolviendo con su gran mano la hombría del menor mientras la movía rápidamente de arriba a abajo, a la misma velocidad de sus caderas.

JiMin quería grabar todas las expresiones del mayor en su cabeza, como sus delgados labios de entreabrían liberando jadeos y gruesos gemidos, al ver como sus ojos de podían en blanco una que otra vez, las marcas rojizas llegando al morado que estaban plasmadas en la extensión de su cuello; cuatro en total, se estaba volviendo loco con tan escena, definitivamente de la estaban pasando de puta madre.

JiMin sintió en conocido nudo en su vientre, con un fuerte y agudo grito se liberó sobre el vientre de ambos, su cuerpo se movió violentamente ante el orgasmo más fuerte que había tenido en su vida, mientras se quedaba quieto sobre el pecho del mayor, al mismo tiempo YoonGi se vino soltando un áspero pero fuerte grito al sentir las paredes apretándole deliciosamente, le había anudado y no pudo evitar que otro gran gemido saliera de sus labios al sentir su semilla dentro.

El cuerpo de YoonGi cayó hacia atrás, sin fuerzas, el fuerte orgasmo le había arrebatado todas sus fuerzas, sus pechos subían y bajaban a una velocidad irregular, mientras se calmaban el alfa le acariciaba la espalda a JiMin, sentir el esbelto cuerpo sobre el suyo era una maravilla, los suaves y agudos jadeos en su oído eran su melodía favorita.

—Eso fue... maldición, fue... increíble—Jadeo el más bajo.

El pelirrojo soltó una carcajada gruesa, dándole una nalgada al omega, quien se quejó al sentir la grande palma chocar contra su glúteo izquierdo.

—Definitivamente... no me arrepiento de nada—Beso su coronilla—Te daré en cuatro cualquier día de estos.

—¡Oh, si!—gimió exageradamente arqueando la espalda haciendo que doliera tal acción para ambos, el alfa frunció el ceño—Joder, amo esa posición, llegas tan profundo~

—Ah, no te muevas tanto, lastimas—JiMin sonrió y se quedó quieto esperando a que el nudo pasase para sacar el miembro de su interior—Me he sacado la lotería con este culo.

—Tienes suerte, ah~—suspiró—Pero que cansado estoy. Será mejor que durmamos un poco, ¿no crees?

—JiMin—el nombrado levantó su cabeza mirándole ante la mención de su nombre—¿Te estás cuidando, verdad?

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Teacher's pet • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora