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—¡Ya dije que no!—Gritó JiMin—¡Suéltame! Puedo yo solo.

—Jodete entonces—exclamó YoonGi bajando de nuevo las escaleras, JiMin se devolvió con los ojos llorosos, en fin, el alfa le había gritado por su culpa, se sostuvo el vientre y siguió subiendo las escaleras.

El embarazo le ponía de mal humor, a veces acababa con la paciencia del alfa, como en ese momento, no era la primera vez que pasaba.

El día de ante-ayer, le empujó tan fuerte que perdió el equilibrio, no se cayó pero si le hizo molestar.

Se fue llorando a su habitación tal como un niño pequeño, cuando entró a la habitación y se tumbó en el suave colchón de su cama, un osito de peluche fue lo que abrazó, aquel peluche que le había hecho a su bebé, con los ojos disparejos y otro botón simulando la nariz, lo abrazó y se quedó llorando ahí por unos minutos hasta que la puerta fue tocada.

No dijo nada, pues el sueño lo había atrapado, la puerta se abrió lentamente dejando ver al pálido entrar con una bolsa de regalo en mano, la dejó en el mueble que estaba a lado de la cama y se sentó a su lado, contemplando sus ojitos hinchados, el puchero en sus labios y aquel peluche que había hecho días atrás entre sus brazos.

No pudo evitar sonreír y acariciarle la mejilla, JiMin se removió un poco abriendo los ojos, más no lo miró directamente, solo sorbió la nariz y se volteó casi boca abajo, no del todo, pues su vientre impedía la acción.

—Perdóname, cachorro—dijo acariciando ahora su cabello—No debí gritarte así, yo, debo entender todo esto.

—El que debería disculparse soy yo—dijo con voz baja—Esto va de mal en peor. No se que me pasa.

—No tienes la culpa de nada—dijo a la vez que tomaba el regalo, el menor se reincorporó cuando escuchó el sonido de un paquete, cuando lo miró sonrió limpiando las marcas de agua en sus mejillas.

—¿E-Es para mi?—YoonGi asintió. De la bolsa sacó, una caja de chocolates, dos, tres, cuatro cajas de chocolates de distintos tipos, a lo último, una caja larga y delgada, la miró con curiosidad, luego saco otra bolsa de adentro, era el suéter que él tanto estaba ahorrando para comprarlo pero ese dinero lo dio para la renta del departamento—Oh, YoonGi, esto es...

El alfa llevó la mano a otro lugar, y sacó un gran ramo de rosas rojas. JiMin no pudo evitar sorprenderse, tomó entre sus pequeñas manos el regalo, era tierno mirar cómo lograba esconder su cuerpo, YoonGi no pudo evitar sonreír nuevamente.

—Otro mes más de estar juntos—Entonces JiMin lo abrazó—Esto es poco de lo que te mereces.

—Yo no tengo nada para ti, eso es lo peor—dijo escondido entre su cuello, después se sentó de rodillas frente al alfa dejando el ramo de a lado—Perdón...

—Tenerte a mi lado, sano y con mi cachorro en tu vientre, es el mejor regalo. Abre todo, anda todavía falta más.

—¡¿Más?!—levantó la voz, abriendo los ojos más de lo normal, el alfa asintió sonriendo—Oh Dios, ¡oh Dios!

Él omega se levantó de la cama a una velocidad increíble, olvidándose de su embarazo por completo.

—¡JiMin! ¡Cuidado al bajar las escaleras!—gritaba mientras corría tras él omega. Este ya estaba abajo mirando hacia todas partes—Cariño...

—¡¿Cuál es la otra sorpresa!?—gritó frente al alfa con una gran sonrisa. Sus oídos rechinaron el grito tan agudo del menor, aún así apuntó hasta la puerta trasera.

Ahí había una mesa entre varias luces, el sol ya se estaba metiendo, JiMin cuando salió de la casa se abrazó a sí mismo por la fría brisa.

Teacher's pet • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora