ELLA

10 3 0
                                    

Ambos sabíamos cómo disfrutábamos las caricias del otro, los besos, los abrazos, pero solo con la mirada nos atrevíamos a decirlo.

Nos hablábamos en las sombras, temor como timbre de voz, estaba todo siempre tan oscuro que mis ojos dejaron de ver colores solo para ver mejor tu sombra.

Nuestros besos clandestinos me llevaban al cielo.

Me elevaba tan alto, me sentía tan plena con el roce de nuestros cuerpos que olvidaba el resto del mundo.

Y tú olvidaste el resto del mundo también.

Porque entre nosotros teníamos el nuestro

Al ser de día un mar parecía separarnos, solo quedaban nuestras miradas anhelantes como recuerdo de la noche anterior.

Cada uno esperaba que el otro se armara de valor

Que yo caminase hacia ti...

Que tu caminases hacia mí...

Que nos besáramos frente a todos, pero reconozco que mis piernas temblaban y se que tus palmas sudaban.

Todo se hacía cenizas al ser de día.

El sol quemaba todo nuestra valentía, pero la noche deshacía toda nuestra voluntad

Nos pertenecíamos el uno al otro, nos entregábamos el uno al otro

La noche avivaba el fuego en nuestros ojos, derretía el hielo entre nosotros y bailaba al son de nuestras respiraciones

La noche avivaba nuestros corazones

Espinas de un corazón roto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora