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— Papá te espera en la sala de Andrómeda — la voz de Yuna pasa por la puerta de su habitación y se pierde en le fondo del pasillo.

No sabe si creerle o no. No es la primera vez que le miente y lo molesta para hacerlo caminar hasta el lugar. Sin embargo, su padre en el desayuno le ha informado que hablaría con él después de la reunión con los planetas. Por ello, se limita a creerle, sabe que no le gusta la impuntualidad así que no tiene más remedio que caminar hasta el lugar.

Al ir acercándose más a la zona, nota a lo lejos como Marte se despide de su padre y al verlo alza su mano dirigiendo su gesto ahora a él.

— Llegas tarde.

El rubio rueda los ojos, siguiendo al mayor que abre la puerta de la sala.

— ¿Qué Luna acoge a la Tierra hoy?

Tan sólo al entrar, decide tomar asiento en una de las tantas sillas de la sala de reuniones, o mejor conocida como Andromeda, su padre tenía un extraño gusto con ponerle a las habitaciones de casa, el nombre algunas galaxias.
Por otra parte, no sabe por qué está allí, y desconoce por completo el trasfondo de su pregunta.

— Cuarto Creciente.

El hombre asiente — ¿ Y hasta cuando el satélite volverá a estar completo?

Esta confundido y no duda en hacerselo ver a su padre mediante su mirada.

— La próxima Luna Llena más cerca esta para dentro de ocho días.

— ¿Y la que sigue a ella?

El rubio lo analiza por un segundo —El catorce de setiembre.

Su padre vuelve asentir, aunque antes de poder continuar, el sonido de algunos pequeños golpes en la puerta y la misma abriéndose interrumpe su hablar. Ambos llevan su vista a la persona que está por entrar al recinto.

La esposa de la Luna, es una mujer bellísima aunque ya casi esté en sus cincuenta, de contextura delgada y de unos cabellos rubios tan resplandecientes como si el brillo de las estrellas lo cubrieran. En su mano parece traer una carpeta y asiente a su esposo cuando entra como si ambos entendieran que hace su hijo allí.

Su madre deja el folder frente a sus ojos. En lo alto de este se sitúa impreso un título con caracteres en cursiva.

"Día de la Luna"

— Ha llegado el momento, hijo — la dulce voz de su madre, menciona — Tu padre es un hombre ya viejo y la Luna jamás puede dejar de brillar.

No está seguro si puede contar cuántas han sido las generaciones que llevado su apellido y sirvieron a la Luna. Su deber era velar por que esta cumpliera correctamente sus fases día con día, protegiendo correctamente al cielo de la oscuridad, aunque cada cierto tiempo dejará que las estrellas le robaran el protagonismo en la Luna Nueva.

El rubio mira a su madre y suspira.

— La Luna debe recibir a su próximo heredero.

[....]

El día de la Luna se celebra cada cuarenta años.

La Luna siempre tiene dos herederos mellizos.

Uno que resguarda las estrellas y otro la Luna misma.

[....]

El centro comercial donde trabajaba es medianamente pequeño, consta de unos veinte establecimientos divididos en dos pisos y tiende a ser muy concurrido en fines de semana. A decir verdad, cumplen las necesidades del lugar donde vive, su ciudad no es muy grande.

By The Moon ஜ Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora