Capitulo 12: Sakura

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Cuando me acosté luego de la cena, en la que estuve callada en todo momento, me puse a imaginar como sería vivir con Inuyasha. Estupidas y cursis imágenes aparecieron en mi mente. Malditas hormonas.

No iba a ser todo de color de rosa, es más, intuyo en que no nos va a ir muy bien. Tal vez solo estoy siendo negativa. Pero todavía no le había preguntado sobre su relación con Kikyo. Estaba posponiéndolo estos meses. Había que hablarlo en algún momento.

No había visto a Kikyo en tanto tiempo, hasta sentía de forma irracional, que se me olvidaba como era su rostro. Siempre me miraba al espejo luego de estos pensamientos, para decirme que así se ve. Como yo. Claro que no somos iguales, pero esto me confortaba un poco.

Mi bebé pateó con fuerza mi vientre y yo puse mi mano en el lugar en que había pateado. Mi Zuko.

Había comenzado a patear hace meses. La primera vez sucedió en la habitación de Kikyo. Estaba acostada en su cama, pensando en ella y el bebé me pateó. Me sobresalte por unos segundos y luego entendí lo que había pasado. La felicidad me sobrepaso y fui corriendo a la habitación de Souta, para que sintiera esos primeros movimientos. Mi hermano se emocionó mucho. Antes no estaba tan entusiasmado con la idea de ser tío pero luego de esto, esta muy entusiasmado. Incluso le compró juguetes de varón, porque esta seguro de que será varón.

Me dormí y me sumí a un profundo sueño.

Como hoy era sábado, tenía toda la mañana para mi sola. Sango me vino a buscar en su camioneta y para ir al centro comercial.

-Hola ballena- me dijo sonriendo cuando entré a su camioneta

-Hola tallo- le dije haciendo comparación a un tallo de una flor con su delgadez

-Muy graciosa- dijo mientras me abrazaba

-Lo mismo digo- le dije recibiendo el abrazo

Fuimos al centro comercial. En el trayecto estuvimos escuchando música en silencio. Quería contarle lo de Inuyasha, y se que ella también quería contarme algo. Entramos al gran centro comercial y empezamos a pasear por el gran lugar.

Sango es, tal vez, la única persona en la tierra que puede ser honesta conmigo y decirme la verdad, a pesar que duela, y de divertirme en momentos críticos.

Pasaron las horas y muy pronto fue hora de almorzar. Le conté la idea de Izayoi, Inuyasha y yo viviendo juntos, mientras almorzábamos.

-¿Que?- dijo boquiabierta- No puede ser-

-Esta pasando amiga, tal vez ayude, pero no se como explicarlo tengo un mal presentimiento- le dije preocupada

Sango me acaricio el brazo.

-Todo va estar bien- dijo en tono consolador- No quisiera cambiar de tema, pero estoy tan feliz que debo decirlo- me dijo con una sonrisa de oreja a oreja

-¿Decir que?- dije ansiosa

-Miroku y yo luego de meses de indirectas y mensajes de texto, al fin nos pusimos de novios- me dijo feliz

-Me alegro mucho- le dije contenta

Luego ella me contó que ayer por la tarde, Miroku había ido a la casa de ella y que le había confesado que le gustaba mucho y que realmente quería salir con ella, que iba a dejar de ser mujeriego, que sentía que era la única en su corazón. Después se dieron un beso y dieron como inicio su relación.

Sin quererlo, sentí un poco de envidia, ante tal declaración. Inuyasha también era algo romántico pero no tanto.

Unos chicos adelante de nosotros, se reían y hablaban muy alto. Uno de esos chicos, miraba mucho a Sango. A veces pasaba eso, Sango era una chica muy bella, no era la primera vez que un chico la veía de esa manera.

Inuyasha: Embarazada a los 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora