Oh, señor me verás en libertad
Oh, señora me varas bailar
En la cúspide de tu mundo.
Oh cuanto anhelo que levantes la vista
Y observes a esta diosa
Empapada en agua santa.
Una diosa de caderas fértiles.
Monte de Venus que da una vista sin igual,
montañas blancas que confundirás con nieve,
avalanchas de agua caen de mi cuello.
Rumbo a las montañas,
su destino, el cuerpo del simple mortal.
Dichoso aquel que amas.
Oh una diosa soy,
bailando mis caderas para ti.
Oh señor bendito eres entre los mortales.
Escuchas el silbido del viento nacer
de mi boca entreabierta.
Oh cual canto de sirena es,
Embriaga más que el vino.
Oh cual néctar brota de la flor
para expandirse sobre el pobre mortal.
Oh, señor me verás en libertad.
Oh, señora me varas bailar.
En la cúspide de tu mundo
cual diosa, danzaré
y sentirás la lluvia caer.
ESTÁS LEYENDO
Un Segundo En Su Alma.
PoésiePequeños fragmentos de una vida cotidiana, una luz al final del túnel y una escritora con ansias de poesía.