Capítulo 26

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Luego del baño que tuvimos sin nada sexual, solo charlar tranquilamemte de como hemos estado viviendo el un sin el otro, salimos del baño para luego cambiarnos en la habitación.

Yo me puse lo que había traído ya que no tenía otra cosa que ponerme, Michael por otro lado se visto igual de elegante, con su camisa blanca, su saco negro y su pantalón negro.

-te ves muy bien

Le dije sentandome en sus piernas, Michael paso sus manos por mis caderas acomodandome en sus piernas.

-tu igual te ves muy bien con mi camisa

-lo sé

Le sonreí a lo que recibí un beso en mi mejilla de su parte.

-¿no crees que Mead y tu maestro nos estén buscando?

-es posible

-tenemos que salir Michael

-lo se - asintió - pero odio saber que dentro de unas horas te iras de aquí

Pase mi mano por su mejilla y el cerro sus ojos ante mi tacto.

-lo sé Michael pero tenemos que salir, no quiero que te castiguen por mi culpa

El negó con la cabeza.

-¿es malo raptar a una persona?

Preguntó haciendo un puchero que sólo logró que soltara una risa.

-claro que sí Michael

El suspiro frustrado.

-bueno lo intente

Yo negué con la cabeza y salí de sus piernas para que terminará de vestirse. Una vez que Michael terminó de vestirse ambos salimos tomados de la mano, Michael cerró la puerta de su habitación y comenzó a guiarme por los pasillos del lugar.

Me gire a verlo y vi que tenía una sonrisa en su rostro.

-estas muy alegré

El asintió y se giro a verme.

-cuando vuelva a esa habitación tendré un buen recuerdo

Me giño el ojo para luego subir su mano que estaba sijetada a la mía y darme un beso en mi mano.

Sin decir ni una palabra seguimos caminando por los pasillos del lugar hasta dar con una gran puerta de madera negra, un escalofrío sentí recorrer mi cuerpo.

-¿estas bien?

Pregunto Michael al ver mi mueca.

-es la misma puerta de mis sueños

El asintió y me dio un apretón de manos.

-tranquila si te sientes mal le diré al señor Ariel y a la señora Mead que esperaremos afuera

Yo asentí y Michael iba a abrir la puerta cuando esta fue abierta sin que la tocará, de ella salieron el hombre el cual no le tenía ni un pelo de confianza y la señora Mead.

-chicos estábamos por ir a buscarlos

Habló la señora Mead.

-señora Mead- habló Michael - ella - me señaló - no se siente bien

La mirada del tal Ariel estaba puesta en mí y sólo en mí lo que me causaba un poco de temor.

-señor Ariel - hablo Michael - si nos permite

Ariel sacó su mirada de mi para ponerla en Michael, asiento y sonrió.

-claro solo quiero darle unas cosas a la señora Mead, nos pueden esperar afuera

Beautiful Ángel : Nuestro Extraño Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora