Wrong | muke

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PARTE I

•Michael Clifford•

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—Por favor.

—Michael, hay personas esperando y-

—¡Es importante! —exclamó, parándose delante de la puerta para impedir el paso del chico. Este soltó un bufido, haciendo que una sonrisa se posara en su rostro. Sabía que había ganado —. Genial, toma asiento.

—Primero déjame hablar con mi secretaria para que cancele las citas de la tarde —fueron las palabras del chico para que después tomara asiento detrás de su escritorio, haciendo que pudiese sentarse delante de este con aún una sonrisa de victoria.

Escuchó unas cuantas palabras ser intercambiadas a través de la línea, mientras sus piernas de balanceaban y sus manos se ponían a jugar con los lapiceros regados en la mesa de madera, donde se encontraba una pila de papeles al lado. Las voces pararon y fue en ese instante cuando sintió una mirada sobre su cuerpo. Era momento de hablar.

—Como sabes, eres mi- el mejor amigo del mundo que pudiera existir —un bufido volvió a ser escuchado, haciendo que una risa saliera sus labios sin poder evitarlo —. Además, eres psicólogo, tus conocimientos serían de gran ayuda para mí.

—Un psicólogo que se quedará sin trabajo si sigue posponiendo las citas de sus pacientes cada vez que vienes con una nueva crisis existencial a mi consultorio —se encogió de hombros en respuesta. Sabía que las palabras no iban en serio.

—El mejor amigo del mundo, como dije antes.

—Michael...

—Luke...

—¡Ve al punto! —exclamó el rubio, sobando ambos dedos índices en los lados de su cabeza. Exagerado.

—Oh, cierto —aclaró la garganta, para luego sentir sus mejillas calentarse ligeramente. Luke lo notó, ocasionado que levantara una ceja ligeramente con curiosidad —. Veras... esta este chico-... Todo iba bien y-

—¿Te lastimó? —el ceño del mayor se frunció ligeramente y sus labios formaron una línea recta, como hacia cada vez que hablaban de algo serio. Rápidamente negó, haciendo que el rostro de este se relajara —. Genial, porque otra ruptura de corazón tuya no es algo con lo que quiera lidiar otro año.

—Otra vez, el mejor amigo del mundo.

Conoció a Luke Hemmings cuando recién tenía 18 y acababa de mudarse al campus de la universidad, para eso él tenía 20 años cumplidos, con una sólida idea de lo quería hacer con su vida (muy a lo contrario de su caso). Ambos eran compañeros de habitación, por lo que era imposible que no se vieran más de una vez en el día, especialmente cuando se dio cuenta lo mucho que el rubio amaba pasar tiempo a en el lugar.

Como era de esperarse se volvieron unidos con el pasar del tiempo, hasta que poco a poco aquello fue evolucionando a una "clase de amistad". Es decir, Luke era esta clase de chico de verdad le importaba sacar buenas notas en sus asignaturas, mientras que por su lado lo único que hacía en su tiempo libre era buscar alguna fiesta en el campus en la cual acabar (para luego llamar al chico a mitad de la noche para que fuese recogerlo). Eran completamente opuestos y no solo cuando se hablaba de sus actividades.

Luke era alguien... solitario, de pocas palabras y amante del silencio, mientras que en su caso era todo lo contrario. No podía estar sin soltar más de diez palabras por minuto, siempre le gustaba estar rodeado de un gran grupo de personas y lo único que lo ayudaba a tener un buen día era poner música a todo volumen. Bastante diferentes, pero de cierta forma se complementaban.