Pasó un día completo y justo antes de la cena recibí un mensaje en el correo, era de San que decía haber llegado a Estados Unidos sana y salva, me alegre y baje las escaleras casi corriendo.
- ¡Mamá, mamá, ma- fui interrumpida por un repentino choque con la espalda de alguien- ¿Auch?- retrocedí casi por reflejo y me encontré sorpresivamente con mi hermano, Tyler.- ¡TY!- lo abrace ignorando por completo el dolor de mi nariz recién estrellada.
No veía a mi hermano desde hacía aproximadamente cinco meses que se había ido de viaje con sus compañeros de la universidad.
Ty, iba en sexto semestre de medicina y quinto de administración, con 21 años de edad, era de las personas a las que más quería en el mundo, un hombre que en sus estudios era serio pero que por fuera de ellos era la persona más encantadora y cool del mundo.
- ¡Ty, Ty, Ty! ¿Por qué no avisas que llegas?- me le colgué de los hombros, estaba muy feliz, me había hecho demasiada falta. Tyler no vivía en casa, de hecho se había ido de ella justo al momento de comenzar la universidad, sin embargo, pasaba por allí a menudo y yo varias veces iba a su apartamento a molestarle la vida, trabajo de hermana menor.
- Perdón- puso la mano sobre mi cabeza- le avise a mama, no sé por qué no te habrá dicho…
- ¿A mamá?...- hice pucheros- ya no me dicen nada en esta casa…- raye con la mirada en dirección a la cocina.
Podría tener dieciocho años pero cuando estaba con mi hermano me volvía algo infantil. Nos llevábamos solo tres años, y éramos bastante cercanos, pero a veces parecía como si viviéramos en mundos distintos, él era tan aplicado, social y carismático que a diferencia de mí, atraía a las personas con una simple sonrisa.
Nos dirigimos a la cocina donde estaba mama preparando la cena y papa como siempre sentado en el comedor leyendo el periódico de la mañana, que nunca alcanzaba a leer por salir tan deprisa a su trabajo.
Por fuera o a simple vista, mi familia era perfecta, sin embargo, mirándola un poco más desde adentro tenía muchas imperfecciones.
- Mamá, explícame esto- señale a mi hermano quien sonreía abiertamente y saludaba con su mano derecha.
- Oh Tyler cariño, llegaste más temprano de lo que pensaba, estoy haciendo estofado, espero que te guste- siguió batiendo la sopa y echándole algunas especias.
- Mamá como no me avisaste que Ty llegaba esta noche ¿ah?
- Hay cosas más importantes, ahora ayúdame a arreglar la mesa para servir la comida.
Desvié los ojos y comencé a sacar los individuales mientras escuchaba la conversación de Tyler y mi padre.
- Así que, tus notas fueron perfectas este semestre también- decía mi padre sin quitarle los ojos al periódico.
- Sí señor.
- Espero que te siga yendo así de bien con tus estudios Tyler, no te pague esa universidad para que estés dando viajecitos con tus amigos, tú serás quien herede ese hospital, no desperdicies tu tiempo.
-Sí, señor.
La voz de mi padre al hablar con Ty, era tan seca como siempre había sido. La relación de ellos dos nunca había sido la perfecta padre-hijo. De hecho, para ser sincera, Tyler no era hijo de mi padre, él y yo, éramos lo que llaman medio hermanos, sin embargo a mí nunca me importo y pareciera como si a él tampoco.
Tyler era respetuoso, como siempre, él sentía que le debía cantidades a mi padre, siempre me lo decía, el hecho de haberlo dejado vivir en una casa que no era suya, había sido suficiente… era molesto, porque sentía como si papá no apreciara a mi hermano como debería, de hecho, no lo hacía, él veía a Tyler como una máquina que tomaría mi puesto de herencia, no porque mi padre quisiera sino porque él era consciente de que yo era demasiado torpe como para manejar un hospital por mí misma.
ESTÁS LEYENDO
Es allí donde todo comienza
Novela Juvenil… ¿Graduada?, ¿Graduación?, ¿Grado?... Dios mío… ¿Graduación? Significa… ¿Fin del colegio? … Dios mío… Fin... …Fin… -…vans... señorita… - Sonaba una voz a lo lejos … - ¡Señorita Evans!- pronto la voz se hizo más clara y fuerte. -¿¡SI!?- sacudí la ca...