De nueva cuenta los rayos alcanzaron a iluminar el ventanal, pero Yoongi no era como si quisiera inmutarse, le asustaban, sobretodo el sonido de la caída de aquella luz, no comprendía como era posible que Hyesook tardase tanto en llegar, ya habían pasado más de las nueve de la noche y ella no se dignaba a aparecer por esa puerta, ¿acaso le había abandonado?
- Deja de pensar en tonterías, Yoongi -se dijo para después levantarse del sofá, su cola totalmente negra iba de un lado a otro en desespero por saber a que hora sería que su dueña aparecería.
Caminaba de un lado a otro de la estancia, pensando en los posibles lugares en dónde se podría encontrar su dueña, por más que Hyesook quisiera que Yoongi dejase de nombrarla como su dueña, para Yoongi era un imposible, después de todo ella le había salvado de una muerte segura, aún lo recuerda.
Hyesook es veterinaria, y la forma en la que se conocieron no fue del todo agradable, Yoongi había sido abandonado por su familia adoptiva cuando apenas era un cachorro, sus orejas eran algo caídas y su cola pequeña en ese entonces no pensaron que era un híbrido, lo habían dejado dentro de una caja de cartón justo en la puerta de una tienda de mascotas. Afortunadamente para Yoongi, Hyesook había salido minutos después de aquella tienda, encontrándose con él, la chica es de buen corazón, y no dudo ni un solo minuto en llevárselo, pues Yoongi parecía estar demasiado asustado y enfermo.
La puerta se abrió sacándolo de sus pensamientos, suspiro aliviado al ver a Hyesook con su abrigo empapado al igual que sus zapatos.
- ¡Hyesook! -exclamo para que la chica lo mirase, pero antes de que Yoongi siquiera avanzará, pudo olfatear algo.
Miro como su dueña se giraba sobre sus talones para poder mirarle, la chica sonrió, pero Yoongi no le devolvió la sonrisa, solo se quedo mirando la caja que ella traía en manos.
- Yoongi, ¿estás bien? -pregunto pero Yoongi no podía siquiera quitar la mirada de aquella caja-. Yoongi -volvió a llamarlo y está vez Yoongi la miro.
- ¿Qué traes allí?
Hyesook sabía que podría causar un problema, después de todo algunos gatos no pueden aceptar la presencia de uno nuevo en el hogar, pero está vez era muy necesario.
- Antes de que siquiera reclames, Yoongi, quiero decirte que debes comportarte, él esta durmiendo, ha tenido un largo día.
- ¿Otro híbrido? -Yoongi se acerco para asomarse en la caja, encontrándose con un gato blanco con varias manchas amarillas y negras por su pelaje, estaba hecho bolita y con las orejas atentas a su conversación, pero parecía estar totalmente sumido en el sueño-. ¿Por qué? No deberías tener otro híbrido.
- Yoongi...
- ¡No! No quiero que esté aquí -Hyesook se temía eso, Yoongi dejo de mirar al otro gato para irse hacía su habitación a pasos pesados.
Hyesook soltó un largo suspiro y miro hacía el otro gato que parecía inmutable, camino dentro de la casa para poder dejar la caja encima del sofá e ir detrás de Yoongi.
Camino en dirección a la habitación de Yoongi, encontrándolo parado en medio de la habitación, su cola iba de un lado a otro despacio pero con fuerza, estaba sumamente molesto, las orejas de Yoongi estaban caídas, Hyesook sonrió débilmente y se acerco hacía Yoongi.
- No debes actuar de ese modo, Yoongi -hablo ella caminando y sentándose en la cama del híbrido, quien se negaba a mirarle-, lo tengo que cuidar, está lastimado, parece que estuvo en una pelea, tiene algunas heridas, Yoongi.
- ¿Y? Puede cuidarse solo, no me parece justo que lo traigas hasta aquí solo para cuidarlo.
Hyesook no estaba tan acostumbrada a los celos, los híbridos son especiales, uno por dueño, o eso siempre se estipulaba para ellos, ahora no era así, antes era de ese modo debido a que había problemas, pero ahora todo era distinto.
- Yoongi -regaño Hyesook-, comprende, ¿o acaso no recuerdas cuando te traje aquí y te cuide?
- Es... diferente.
- ¿En qué sentido, Yoongi? -el mencionado no respondió, Hyesook se incorporo para colocarse frente a él-. Recuerda que viviste parte de la época en que nadie quería ver más a los híbridos, Yoongi, déjalo quedarse.
Era cierto, en la época en que había llegado a manos de Hyesook, los híbridos ya no eran muy bien aceptados, habían demasiados, y querían exterminarlos de por medio, Yoongi había llegado en mala época, los casaban, y querían deshacerse de ellos a toda costa, gracias a varios acuerdos a lo largo de los años, se aceptaron a los híbridos como seres vivos que podían estar con los humanos o vivir solos, nada de relaciones de mascota y dueño, ahora eran iguales en todos los sentidos, con los mismos derechos, Yoongi sabía que estaba en el lugar correcto con Hyesook, y se lamentaba por los demás que no podían estar con alguien que los cuidará y respetará.
- Está bien -menciono Yoongi a lo que Hyesook llevo su mano a la cabeza de Yoongi para revolver sus cabellos oscuros.
- Eres un gran chico, Yoongi -menciono feliz Hyesook para por fin disponerse a retirarse.
- ¿Cuál es su nombre?
Hyesook se detuvo y miro hacía Yoongi, quien no la veía.
- Jimin, su nombre es Jimin.
Historia dedicada a: SaraCastillos
¡Feliz Cumpleaños, amiga!
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C A T S !
FanfictionLa monótona vida de Yoongi cambia radicalmente con la llegada de un nuevo integrante a la familia, su dueña Hyesook llega con un gato calico a casa, que resulta ser un híbrido al igual que Yoongi. Jimin es un torbellino andante, y eso no le gusta mu...