2° Maullido

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Un mes después...

Solo había una cosa que más disfrutaba Yoongi de poder ser un gato, y eso era dormir, los gatos duermen casi todo el tiempo, y definitivamente le gustaba pasar sus horas de sueño casi siempre en parte de la noche y parte del día, como ahora mismo hacía, ronroneo gustoso de poder estar acurrucado en el sofá, sin molestia alguna y con toda la tranquilidad del dulce hogar rodeándolo por completo, o eso creyó.

Jimin asomo por detrás de uno de los reposa brazos, sus orejas estaban erguidas y atentas a cualquier ruido, sus ojos oscuros divisaron a Yoongi que permanecía en su forma gatuna, a Jimin le encanta la forma gatuna de Yoongi, pues se trata de un gato negro, y es hermoso, su pelaje es totalmente oscuro y no es tan corto, es perfecto, pero Jimin amaba ver como la cola de Yoongi se movía de un lado a otro, quería jugar, siempre quiere jugar y por supuesto ese día no era la excepción, se preparo, se levanto, sintiendo el suelo frió en la planta de sus pies descalzos.

Camino un par de pasos más para por fin estar cerca del mayor, miro a Yoongi para después y de inmediato tomarlo entre sus brazos y abrazarlo.

- ¡Yoongi hyung! -Yoongi maulló asustado por aquello, sus pelos se erizaron por su cuerpo y estuvo a punto de clavar sus garras sobre la piel de quien fuese que lo haya asustado de tal modo-. ¡Es muy suave! Me gusta su pelo, hyung -Yoongi coloco sus patitas encima del pecho de Jimin para alejarlo, pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo, necesitaba transformarse en humano.

Y por supuesto que lo hizo, en cuanto lo hizo miro mal al menor que solo le sonreía, Jimin siempre sabía como fastidiar su perfecto día.

- Eres un...

- Hyesook noona dijo que no maldijeses o insultases frente de mí, Yoongi hyung -Yoongi no sabía que hacer, demonios.

- Solo asegúrate de soltarme en este preciso momento si no quieres que te arañe la cara -Jimin ignoro la amenaza y se concentro de nuevo en la cola de Yoongi, quien la movía de un lado a otro, Jimin con su cabeza comenzó a imitar el movimiento, un lado a otro, al igual que su propia cola-. ¡Ya suéltame!

- Lo siento, pero no quiero, hyung -menciono Jimin mostrando su mejor sonrisa-. ¿Y sí jugamos? Quiero jugar, nunca quiere jugar conmigo.

- Tengo mejores cosas que hacer.

- ¡Pero siempre esta durmiendo!

- ¡Eso es más importante!

- Buenos días, chicos -ambos miraron hacía dónde provenía la voz, Hyesook se mostró ante ellos, parecía que la habían despertado, y era obvio, había sido un largo día para su dueña ayer, sus cabellos eran un desastre, pero se veía feliz de ver a ambos.

- ¡Hyesook noona! -saludo Jimin alegre para después volver a poner fuerza en su agarre sobre Yoongi-. ¿Cómo ha dormido?

- Bien, aunque creo que tendré que trabajar hasta tarde de nuevo.

- No deberías esforzarte demasiado, Hyesook -menciono Yoongi dejando de forcejear, Jimin si que tiene fuerza.

Hyesook sonrió al ver como de nueva cuenta Yoongi trataba de que Jimin le soltará, era divertido, ella sentía que el haber traído a Jimin, ayudaba un poco a que Yoongi dejase de pensar que la vida es solo comer y dormir, al menos podía mantenerse entretenido.

Jimin había sanado rápido sus heridas pequeñas, y eso era bueno, pero aún así debía mantenerlo vigilado un poco más, pues aún su tobillo izquierdo no se encontraba muy bien, pero de ahí en fuera, parecía que a Jimin no le preocupaba en lo más mínimo aquello, pues le gustaba más estar con Yoongi.

Al principio Yoongi se negaba a hacerle algún tipo de caso a Jimin, trataba de estar siempre afuera para no estar con él dentro de la casa, y Jimin no se sentía muy cómodo, pues sabía que la presencia de otro híbrido gatuno estaba cerca, claro que ni siquiera quería transformarse en su forma humana para poder estar con ella o con Yoongi.

Después de dos semanas, Jimin comenzó a agarrar más confianza y se soltó del todo al ver a Yoongi en su forma gatuna, claro que Yoongi no esperaba que ese híbrido fuese todo un torbellino de energía que solo arremetía contra él, Yoongi es todo lo contrario a Jimin.

- Iré a preparar el desayuno, Jimin no sofoques tanto a Yoongi -menciono Hyesook, Jimin dio un asentimiento más no soltó a Yoongi.

Yoongi dejo de forcejear, ya estaba cansado, no podía más, Jimin es demasiado fuerte, no entiende como puede aguantar tanto, dejo sus manos sobre los hombros de Jimin apartándose un poco para que el menor no acercará su rostro con el suyo, Jimin tiene esa mala manía de hacerlo incluso cuando duerme.

- ¿Por qué no te transformas de nuevo y me dejas hacerte mimos? -sugirió Jimin.

- Ni loco lo haré, ahora suéltame, o te juro que te araño cuando estés dormido -amenazo de nuevo pero Jimin no parecía importarle.

- No lo harás.

- ¿Cómo estás tan seguro de eso, Jimin?

- Porque eres demasiado flojo para hacerlo -bueno, en parte tiene razón, y eso avergonzó un poco a Yoongi, maldición, no llevan tanto de conocerse, y Jimin ya parecía conocerlo, no sabe como sentirse al respecto-. ¿Te transformarás?

- Solo por hoy, mocoso -menciono Yoongi.

Jimin sonrió agradecido, miro como Yoongi por fin estaba en su forma gatuna y en su regazo, por está ocasión Jimin ganaba, para la próxima, Yoongi no sería tan fácil, aunque... cerro sus ojos somnoliento, joder, ese niño si que tenía buen tacto, las manos de Jimin sabían en dónde rascarle y acariciar para que se sintiese cómodo, nada mal.

- ¿Está ronroneando? ¡Que lindo es, Yoongi hyung! 

Lastima que no podía insultarlo, no ahora, ni después, tal vez ni siquiera lo pueda llegar a hacer nunca.

C A T S !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora