Jimin se quejaba mientras con su mano derecha buscaba a tientas el estúpido reloj para acallar su alarma. Un nuevo día de mierda estaba por comenzar. Se levantó sin ninguna gana de ir a la universidad, pero sabía que si seguía faltando lo iban a expulsar, e iba a perder todo por lo que sus difuntos padres habían luchado por conseguir para su único hijo. Hizo su rutina diaria. Se dio una ducha rápida. Buscó en el armario algo para ponerse. Algo sencillo ya que no quería llamar mucho la atención. Al final se decidió por un jersey rojo, unos vaqueros un tanto ajustados de color negro con unos botines del mismo color.
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Cogió una manzana para ir comiendo por el camino. Cogió su mochila, se puso su gorro blanco, cogió sus llaves y su móvil y salio de su departamento. La universidad donde estudiaba artes no estaba lejos, así que todas las mañanas salía lo suficientemente temprano como para ir dando un paseo tranquilamente. Ya que no tenía ninguna prisa por llegar.
Jimin era un chico de 21 años, bastante tranquilo. Estaba en su primer año, ya que con la muerte de sus padres no fue capaz de entrar antes. Así que era de los más mayores de su clase. Cosa que tampoco le gustaba. Él sufría bulling constantemente. Nunca antes fue así. Él tuvo muchos amigos, desde preescolar, hasta la preparatoria. En el último año de la ultima nombrada fue cuando cambió todo. En el ultimo semestre fue cuando todos lo dejaron de lado. Todo por que le confesó, a la persona que le gustaba, su amor. Olvidando por completo que se había enamorado de un chico.
Ese chico se llamaba Taemin. Fueron amigos durante muchos años. Pero Jimin, poco a poco, se dio cuenta de que sus sentimientos hacia su mejor amigo estaban cambiando. Pasó de poder dormir juntos sin problemas, a que un simple roce le sonrojara. Así que se armó de valor y un día se confesó. La cara de asco que puso Taemin se le clavó en el corazón a Jimin. Así que decidió no declararse nunca más a nadie. Lo malo fue que, el que un día fue su mejor amigo, esparció el rumor de su sexualidad. Haciendo que todo el mundo dejara de lado a Jimin, ya que no querían que les pegara lo homo. Como si se tratase de una enfermedad contagiosa. Para colmo, en ese último semestre, sus padres sufrieron un accidente automovilístico y murieron en el acto. Dejándolo solo cuando mas los necesitaba. Sus padres nunca le juzgaron debido a sus gustos. Y era muy feliz con eso. Sabía que tenía a los mejores padres del mundo. Sin embargo, se fueron. Pensaba que no los merecía y que por eso se los quitaron.
Al principio el acoso solo era verbal. Pero de a poco se fue agravando. Cada día recibía golpes de distintos alumnos. Lo trataban como si fuese la mascota de la universidad. Todos los días tenía que llevar otra muda, pues había días en los que le tiraban agua, entre otras cosas. Hubo una vez que lo acorralaron entre cuatro. Le dieron una paliza entre todos, lo dejaron en el suelo. Llorando y sangrando. No contentos con eso, uno de ellos le orinó encima. Fue el segundo peor día de su vida. Pensó que no podían hacerle nada peor que eso, así que iba a clases un poco más animado. Hasta que lo vio. Taemin estaba en su misma universidad. En ese momento supo que el infierno, aun estaba por llegar.
Llegó a su clase el primero. Así no se encontraba con nadie en los pasillos, evitando más problemas. Fue a sentarse en el asiento más alejado de todos, como era habitual, pero hoy estaba ocupado. Un chico pelinegro estaba en su sitio. Pudo apreciar, que el chico era bastante atractivo, aunque iba vestido de lo más normal. Llevaba unos vaqueros azules, una camiseta blanca con una chaqueta mostaza.
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Era simple, pero para Jimin, le pareció que era hermoso. Con forme se iba acercando, sus latidos iban aumentando. Era un extraño. Un desconocido que si se podía llevar bien con él, podía convertirse en un aliado para pasar los días mas amenos. O se podía convertir en uno como todos.
-Disculpa... Estás en mi sitio... -Dijo tímidamente-
-Yo he llegado antes, búscate otro -Respondió sin levantar la vista de su móvil-
-Llevo en este sitio desde que comenzó el curso, así que literalmente... Yo llegué primero.
-¿Me estás jodiendo? -El chico levantó la vista y sus ojos se conectaron-
Unos segundos pasaron mientras que ambos chicos se miraban a los ojos, paralizados. Jimin por el miedo. El otro muchacho por la belleza que desprendía su compañero.
-No te preocupes -comenzó Jimin- buscaré otro asiento... -Se dio media vuelta y se dirigía al otro lado del aula-
-¡Espera! -Jimin se paró en seco- Hay dos asientos... ¿Por qué no compartimos?
-¿Seguro? ¿No te importa?
-Claro que no, soy nuevo, no tengo ningún derecho a quitarte nada -sonrió- Soy Jeon Jungkook
-Park Jimin...
-Disculpa por lo de antes... Espero que nos llevemos bien...
-Claro...
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¡Hola!
Esta es una nueva historia que espero de verdad que os guste, de ahí que sea tan corto. Pronto los capítulos serás más largos.
¡Si tenéis alguna sugerencia, no dudéis en decirlo!