capítulo quince

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*Narrador omnisciente*


Jimin no quería ser el único que estuviese desnudo. No quería ser el único que disfrutase. Cuando recuperó la compostura, antes de que el menor pudiera decir nada, le sacó la camiseta y lo lanzó a la cama para quedar encima de él. Comenzó por darle besos en el cuello, deteniéndose en el lóbulo de su oreja, ya que ese era su punto débil. Escuchaba los gemidos roncos de Jungkook y se sentía satisfecho. Dejó de hacer lo que estaba haciendo para desnudar a su pequeño. Lo dejó totalmente desnudo y volvió a lo que estaba haciendo antes. Pero ahora, le sumó el movimiento de su cadera para rozar sus erecciones.

Jungkook aún no se creía lo que acababa de hacer. Tenía un sabor dulce en la boca, que no le desagradaba para nada. No es algo que el hubiese querido hacer en el pasado. Pero se sintió bien. Jodidamente bien. No pudo reaccionar cuando Jimin le lanzó a la cama y se subió encima suya. Demostrando quién era el que tenía mayor experiencia aquí. A Jungkook le gustaba llevar el control, pero con un chico no sabía que hacer. Se dejó desnudar por el mayor. No podía dejar de gemir. No le importaba el ruido que pudiera estar haciendo, quería hacerle saber a Jimin que le gustaba, y mucho, todo lo que le estaba haciendo. Cuando pudo notar la erección del rubio rozándose con la suya propia, estaba en el cielo. Literalmente, sentía como si estuviese flotando debido al placer que su mayor le estaba brindando. No dejaba de pensar en que podría correrse solo con el roce de Jimin.

Eso era lo que Jimin quería. Quería que Jungkook llegara al orgasmo solo con su roce. Y sabía que lo iba a conseguir. Estaba poniendo mucho empeño en ello. Cuando escuchó, de parte del pelinegro, como su respiración era cada vez más rápida y entrecortada, aumentó la velocidad de sus movimientos. Poco le importó el ser ensuciado. Escuchar el gemido que le indicó que Jungkook había llegado al clímax fue lo mejor. Jimin miró a Jungkook y pudo observar como el pelinegro estaba con los ojos cerrados. El pelo de su frente pegado a ella debido a la transpiración. Y una sonrisa en su rostro. No pudo evitar que una sonrisa se implantara en su rostro también cuando sus ojos se encontraron.


-¿Estás cansado? -pregunto Jimin-

-Para nada -sonrió-

-¿Quieres darte una ducha?

-¿Para qué? Pienso mancharme más, esto aún no ha acabado...


Dicho esto, Jungkook volvió a ponerse encima del rubio. Volvieron a besarse. Pero esta vez con más hambre. Necesitaba más de Jimin. Quería saber que se sentía estar dentro de él. Bajó su mano hasta el trasero del rubio y lo miró. Quería permiso para seguir. Permiso que le fue concedido gracias a que Jimin sonrió y asintió. Jungkook volvió a subir su manos para llevársela a la boca de Jimin. Metió tres dedos en ella, llenándolos de saliva. Mientras eso sucedía Jungkook no pudo evitar excitarse al ver la mirada lasciva que le daba su chico. Cuando los dedos estuvieron lo suficientemente lubricados los llevó hasta la entrada del mayor. Metió el primer dedo con cuidado de no hacerle daño. Jimin se quejó, pero a medida que pasaban los minutos, las quejas se convirtieron en gemidos pidiendo por más. Y lo mismo paso con los dedos restantes. Escuchar como gemía su nombre mientras hacía movimientos circulares con sus dedos era demasiado excitante. Pero no podía parar, no hasta que Jimin le dijese que ya estaba preparado.

Jimin volvió a sentirse deseado por como el pelinegro succionaba sus labios. Cuando Jungkook bajó su mano, entendió que el menor le estaba pidiendo permiso para pasar al siguiente nivel. Permiso que le dio casi desesperado, pero no le iba a demostrar que estaba desesperado por sentir su polla dentro de él. Qué Jungkook lubricara sus dedos en la boca de Jimin, le sorprendió. El rubio pensó que había tenido que investigar, pues tiempo atrás le quería penetrar sin preparar, y ahora sabía exactamente lo que tenía que hacer. Lamió sus dedos con gusto, haciéndole saber lo que era capaz de hacer con su boca. Jimin quería que el menor supiese lo que podría sentir si le metía la polla en la boca. El primer dedo entró. Dolió. Pero no dolió como pensaba, pues el dolor fue camuflado por el placer. De a poco fue necesitando más. Jungkook le concedía sus deseos. Dedo tras dedo los gemidos que hacía Jimin eran cada vez más sonoros. Pensaba que se correría en cualquier momento. El tercer dedo entro con mas facilidad. Movimientos circulares. Movimientos en tijera. Pequeñas embestidas. Estaba en el cielo. A punto de tener su segundo orgasmo. Pero Jungkook no se lo permitió pues sacó sus dedos de golpe. Cosa que a Jimin no le gustó porque de pronto se sintió vacío.

¿Me amas? •KOOKMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora