El plan iba tal y como habíamos planeado. Tanto Taehyung como Jimin estaban tan asustados que no se daban cuenta de que los teníamos abrazados.
La película acabó. Estuvimos unas horas bebiendo y riendo. Contando anécdotas de cuando eramos más pequeños. Contábamos solo cosas graciosas, cualquier indicio de algo que pudiera poner triste a Jimin, lo ocultaba con una broma y cambiaba de tema.
Luego de un rato más, Taehyung y Hoseok se fueron. Dejándome a mi solo con Jimin.
Habíamos bebido bastante, así que decidimos limpiar al día siguiente. Si, me quedaría con él. Fue idea suya, ya que mi padre no estaría en casa. A mi eso me da igual, por lo que me rehusaba, pero al escuchar de su boca que no quería estar solo... No pude negarme.
Nos fuimos directos a la habitación cuando nos cercioramos de que todo estaba completamente cerrado. Me prestó algo de ropa para dormir mas cómodo y nos metimos en la cama. Estaba muy nervioso. Tener a Jimin tan cerca hacía que mi corazón estuviese como loco. ¿Cómo he pasado de odiar a los gays a que me guste un chico?
Me giré hacia Jimin. El se había girado desde el principio y cuando vio que hice lo mismo, sonrió. Estaba enamorado de esa sonrisa. De luz, solo teníamos la que entraba sin permiso desde fuera. Aun con esa poca luz, pude ver como sus ojos desaparecían al sonreír. Como me mostraba esa hermosa dentadura. Podría morir de un exceso de ternura. No pude evitar sonreirle también.
Era un ángel. Le di suaves caricias en su rostro, fue un leve roce, pero conseguí que cerrara los ojos a mi tacto. Definitivamente era un ángel. Un precioso y delicado ángel.
-¿Qué has hecho conmigo, Minie?
-¿Por qué dices eso?
-Me has cambiado la vida
-¿En qué sentido? -sonrió-
-Yo... Antes de que llegaran los chicos... Quería decirte algo...
-Eso me pareció, pero antes de eso, yo quiero decirte algo
-Claro, dime...
-No quiero parecer pesado, pero... Gracias... Por todo lo que has hecho por mi esta noche. Esta es la primera Navidad que disfruto después de la muerte de mis padres. Me lo he pasado en grande con todos vosotros. Sé que evitabas los temas más crudos y estoy eternamente agradecido por eso. Eres un chico increíble.
-No me parece correcto que digas que soy increíble, cuando te he hecho tanto daño...
-Eso está ya en el pasado... Es más... Ya ni lo recuerdo... ¿Qué fue lo que pasó? -Me sonrió-
-Me gustas...
Por fin había podido decir esas dos palabras.
Sentía como si me hubiese quitado un peso de encima.
Aunque por otro lado, tenía miedo. Nunca antes he sentido algo tan fuerte por un chico. Me aterra saber que pasará después. Jimin me miraba con sus ojitos bien abiertos. Me imagino que no se lo esperaba, viniendo de mi.
-¿Cómo dices?
-Me gustas...
-No te escuché... -sonrió. Entonces comprendí que estaba jugando-
-Me gustas. Me gustas. Me gustas. Me gustas mucho Minie. No sé que me hiciste. Al final si tenía razón y me llevaste para el otro lado -frunció el ceño- aunque lo más probable es que me gustaran los chicos desde un principio y yo no lo sabía -esa respuesta parece que le gustó más, pues relajó su expresión- Me gustas. Me gusta todo de ti. No sé que es lo que me pasa estando contigo. Pero siento esas estúpidas y revoltosas mariposas en el estómago. Me muero de celos si alguien intenta acercarse a ti. Amo tu sonrisa. Amo cuando tus ojos pareciera que desaparecen cuando sonríes. Como frunces el ceño cuando algo no te gusta. Lo tierno que puedes llegar a ser. Lo caliente que puedes llegar a ser. ¿Cómo haces para estar en los dos extremos? -él simplemente se encogió de hombros y sonrió- ¿Recuerdas el día en que casi te "violo"? -asintió y pude notar como se le erizaba la piel- Si no llega a ser por que me paraste, en serio te hubiera follado en ese sofá. Y luego seguramente me hubiera arrepentido...
-¿Por qué dices eso? Yo también lo hubiese disfrutado...
-Lo sé. Pero lo hubiese hecho por que yo no solo quiero follar contigo, Jimin. Quiero hacer el amor contigo. Quiero hacer que te sientas querido. Quiero hacer que olvides cada golpe que te han dado... Cada golpe que te he dado. Quiero reemplazar cada golpe por caricias... Cada insulto por besos... Pero siento que no me lo merezco... Me he portado tan mal contigo que... -posó su dedo en mis labios, haciéndome callar-
-Nunca jamás vuelvas a decir eso... La primera vez que te vi, ocupando mi asiento pensé que eras hermoso. Me gustaste desde el principio. Te convertiste en mi héroe sin conocernos. Me salvaste de una paliza sin saber porqué lo hacían. Luego de eso, te convertiste en mi mejor amigo. No tardaste mucho en entrar por completo a mi corazón. Cuando me di cuenta de que mis sentimientos por ti estaban cambiando, me asusté. Ya no podía estar cerca de ti sin sonrojarme. Eso mismo me pasó con Taemin... Yo... Cuando me confesé a él... Estaba muy nervioso. Fue el primer chico que me gustó... Y me dolió más la cara de asco que puso que todos los golpes que vinieron después. Decidí no volver a confesarme nunca más. Por eso cuando empecé a sentir cosas por ti... Me moría de miedo. No quería perderte, pero no podía estar contigo como antes... Entonces te enteraste de todo y comenzaron los golpes...
-Por favor... No sigas por ahí... -Unas lágrimas estaba luchando por salir. Pero las contuve como pude-
-No, tienes que saberlo. Te dije que te contaría cuando fuésemos amigos el porqué no me defendía...
-Bien... -No quería recordar nada de eso. Pero a su vez me moría de ganas por saber-
-Me da un poco de vergüenza, pero igual te lo quiero contar... -suspiró- Nunca me defendí porque... Me gustaba que me pegaras... -Vale, eso no me lo esperaba- Cuando vi que te excitaste la primera vez... No sé que fue lo que me pasó. Es cierto que me hacías daño. Pero gracias a eso he podido dejar de ser tan tímido con respecto al sexo. Antes de conocerte no hubiera podido salir de mi boca nada de lo que te decía en los baños. Soy muy tímido. Pero tu me provocabas algo que no entendía. Esas palabras salían de mi boca como si te dijera mi color favorito. Y eso es algo que también me gustaba. Por eso no me defendía. Sabía que te gustaba, y la cara de pervertido que se te ponía al escucharme gemir, no tiene precio... -reímos- Pero ya te dije que hay una manera de que me escuches gemir, sin tener que lastimarme...
-Si, y no sabes las ganas que tengo de hacerte gemir...
-¿Y... Qué te lo impide... Kookie? -susurró en mis labios y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo-
Esta noche iba a ser LA noche. Estoy seguro de que hoy nos entregaremos el uno al otro. Es lo que más deseo en este momento. Besar sus labios, acariciar su suave piel y llenarlo de besos. Llenarlo de amor. Ese es mi deseo. Y eso es lo que pienso hacer esta noche...
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