Changkyun se encontraba en el comedor, encorvado sobre la mesa, escribiendo frenéticamente. Sus dedos estaban manchados de diversos colores fluorescentes; algunas pilas de apuntes y copias estaban desparramadas por todo el mueble y lo miraban expectantes, preguntándose quién sería el próximo en ser resaltado. Su fino cabello castaño caía apenas sobre sus cejas, pero aún podía leer sin problemas. Una taza de café a medio tomar se posaba en el extremo más lejano posible, para evitar desastres, y poco a poco el calor que emanaba se iba consumiendo.
De repente sus manos se detuvieron. Una pasó por su cara, refregándose los ojos, y la otra levantó los anteojos que apenas se le apoyaban en la nariz, llevándolos a su cabeza para poder descansar la vista.
Llevaba toda la mañana y la tarde estudiando para el bendito final de Literatura que le quedaba pendiente para terminar el tercer año de la carrera. Nunca se había estresado tanto como esa vez, ya que la profesora había decidido cambiar el modo de evaluación y debía preparar una presentación que relacionara algunos libros entre sí.
"Tengo que aprobar, tengo que sacarme esto de encima de una vez, tengo que-"
La puerta se abrió de repente y cortó la línea de los pensamientos que lo habían estado torturando durante toda la sesión de estudio. Su novio, Jooheon, se acercó por detrás, con paso muy tranquilo y dejó su mochila en la silla al lado de Chang.
–Hola amor, ¿cómo venís? –le preguntó, mientras rodeaba su cuello con los brazos por detras y le dejaba varios besos sobre la mejilla. El estudiante se relajó y suspiró ante el contacto, riendo un poco por las cosquillas que le causaban los labios ajenos. Apoyó la cabeza en su hombro y alzó una mano para acariciar la cara y los cabellos rubios de su novio.
–Horrible. Siento que no termino nunca y la maldita profesora hace el examen extra difícil nada más para jodernos la vida a todos.
Jooheon soltó una carcajada. Se separó del todo y se acomodó la camisa que traía puesta. El menor se giró sobre la silla y miró fijamente la amplia espalda que se iba hacia la habitación. Se fregó los ojos otra vez. Su estado mental era tan deplorable no atino ni a silbarle a su pareja ante la vista.
Se incorporó en el lugar y volvió a colocarse los anteojos, dispuesto a seguir con su tarea, pero una dulce voz lo interrumpió desde el otro cuarto.
–Bebé, ¿No te convendría descansar un poco? Desde las ocho de la mañana que me fui, por lo menos, que estás sentado ahí, – salió de la habitación, descalzo, el pelo alborotado, con el pantalón de vestir todavía puesto y la camisa por fuera del mismo, aunque con un par de botones desabrochados y las mangas por arriba de los codos, –Te conozco; seguro que apenas paraste para almorzar –le dijo, con un semblante de reproche y los brazos cruzados sobre el pecho.
El menor esta vez no lo miró. Se quedó callado, dándole la espalda. Era verdad, apenas había parado para comer algo rápido y hace una hora al menos que se había hecho el café con leche. Ni siquiera lo había acompañado con algo para comer. Su concentración era extrema, no podía ocuparse de algo más que no sea el estudio.
–Chang... ¿Me vas a obligar a sacarte de ahí por las malas? –su tono era autoritario. Un escalofrío le recorrió la espalda al castaño. Cuando usa ese tono es difícil resistirse... pero no tenía tiempo de pensar en otras cosas.
–Yo sé que llevo mucho tiempo, pero en serio necesito seguir. Te juro que no llego sino...
Jooheon soltó un suspiro.
Iba a ser por las malas.
Se dio media vuelta y encaró para la habitación una vez más. Changkyun, que todavía no se había sumido en los textos por completo, lo podía escuchar buscar algo en el ropero. Le restó importancia, seguro se estaba cambiando la ropa del trabajo. Se quitó los anteojos una vez más, con la intención de limpiarlos con su remera, pero no notó que una figura se acercaba sigilosamente hacia él.
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OneShots 💞⭐
FanfictionRecopilatorio de one-shots e historias cortas de mi autoría. ⭐ Advertencia de smut, fluff, tristeza y todo aquello que se pueda considerar ⭐