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A Jongho nunca le gustaron los dulces.

Nunca.

Los postres se le hacían muy empalagosos.

El helado no tenía mucha gracia para él.

Todo tipo de dulce se sentía desagradable en su boca, le disgustaba mucho, lo ponía de mal humor, pesado y con un sentimiento de náuseas en la garganta.

Pero en especial los chocolates.

Dios que asco le daban los chocolates.

De sólo pensarlo sentía las arcadas aparecer.

Era un no para Jongho.

Definitivamente.

Él pasaba de la hora del postre.

El pequeño niño de 6 años estaba feliz comiendo una manzana como postre después de su hora de almuerzo.

ˢ ʷ ᵉ ᵉ ᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora