1. Ánima atrayente

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Su cabeza fue hacia la derecha, ladeándose. Los pequeños ojos curiosos moviéndose con lentitud sobre las grandes palabras que estaban frente suyo. Las cejas se fueron uniendo, frunciendo su ceño mientras sus parpados se cerraban, dejando poca distancia entre ellos en un intento por comprender lo que estaba escrito.

Sintiendo que no iba a entender nada por más que repasara, llevo sus manos al frente y abajo, sus palmas chocaron como consecuencia contra la superficie en la que estaba sentado. Con sus piernas abiertas y sus brazos en medio de ellas por su posición, el ceño se frunció y pudo ver un ligero color verde oscuro gracias a que vio su reflejo, porque no entendía lo que decía ahí. Podía entender las letras, el significado que tenían y lo que debería significar, pero él no le encontraba sentido, por más que intentara.

Aún con las cejas juntas formando arrugas en su frente, hizo el gran esfuerzo de levantarse de donde estaba sentado. Recogió sus pies y movió sus manos a los lados buscando apoyo para levantarse, se tambaleó al quedar de pie, casi cayendo y yéndose a un lado teniendo como apoyo su pequeño pie descalzo, sus brazos moviéndose en círculos grandes mientras movía su cuerpo para no terminar en el piso de nuevo con un golpe. Se estabilizó cuando su otro pie tocó también la superficie plana y se quedó quieto por un momento.

Sus finos labios se abrieron y de ellos escapó un el aire en forma de un suspiro de alivio al no haber terminado en el piso de nuevo. Sintiéndose feliz por su logro, se dio la vuelta para dejar atrás aquél gran cartel del que no comprendía una sola palabra. Tal vez era por eso que le decían que aún era muy pequeño para muchas cosas.

Las comisuras de sus labios se estiraron a los lados en una sonrisa; dio un paso al frente, antes de que sintiera como algo se estrellaba contra él. Perdió el poco balance que tenía y fue empujado al suelo con un golpe más fuerte de lo que le hubiera gustado, a pesar de que, en realidad, no lo sintió. Cerró los ojos por instinto antes al sentir como iba cayendo, sus pequeñas manos fueron a los lados de cuerpo para intentar levantarse de nuevo, pero, fracasó.

Separó sus párpados para ver frente a él a otro de su tiempo, pero había una gran diferencia, y era que estaba de pie, mientras él seguía en el piso. Movía sus manos con bastante rapidez a los lados de su cuerpo de arriba a abajo, los iris de sus ojos tenían un color que iba del amarillo claro al verdoso, demostrando que estaba alarmado. Cuando se dio cuenta de que le miraba, ambas manos, tan pequeñas como las suyas, se juntaron frente a su pecho, las palmas extendidas en su totalidad mientras se inclinaba en forma de disculpa repetidas veces.

El que estaba sentado levantó la mano con la que no se apoyaba, articuló con la muñeca para mover la palma de arriba abajo para restarle importancia, dándole a entender que aceptaba su disculpa y que no era necesario que hiciera todo eso, que su preocupación estaba de más.

El otro asintió con velocidad mientras le daba una última reverencia para tomar impulso y salir corriendo de nuevo, sus no tan grandes y almendrados ojos siguieron su figura, ladeando la cabeza cuando vio volvió a chocar con otro, cayendo esta vez ambos al suelo.

Poniéndose de pie mientras ignoraba el leve dolor en su cuerpecito, se les quedó mirando, viendo como intentaba reincorporarse sin caer y pedir disculpas al que cayó con él. Sonrió, haciendo una mueca feliz mientras decidía que hacer.

Yendo en dirección contraria, con sus labios extendidos aún en una sonrisita, sus manos apretadas en puños mientras movía sus brazos de arriba abajo al caminar, decidió irse. No es que supiera a donde iba, pero no le pasaría nada malo, así que no era algo de lo que se preocupara.

Su cabeza también se movía de lado a lado mientras los demás pasaban a su lado, ya sea acompañados o solos, a veces jugando en grandes y pequeños grupos, el veía todo con entretenimiento, observando lo que hacían.

Compañero de alma [SeungChan/ChanSeung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora