Compañero de alma [SeungChan/ChanSeung]

6. Humano especial

—¿Sabía usted —Alzó la vista— que le gusta a esa chica? —Oyó el tono tranquilo de Seung Min al decir las palabras, aunque podía decir que había algo raro por como lo dijo. Bajó el libro que estaba leyendo para ver a lo que se refería el alfa, aplastó sus labios el uno contra el otro y después los frunció.

—Lo sé —dijo, y no quería sonar presuntuoso o engreído, sólo estaba consciente de ello. Seung Min alzó ambas cejas en su dirección, ladeando la cabeza, con una expresión de cachorro—. Puedo notarlo. —Miró con disimulo a donde estaba la chica, a unas cuentas mesas de la suya, medio sonrojada mientras hablaba con su amiga y cubría su rostro con un libro para que no se vieran tanto sus mejillas, tenía de alguna manera un comportamiento adorable.

—Oh, es más observador de lo que parece. —Miró de inmediato en dirección al rubio ofendido, entrecerrando sus ojos hacia a él, teniendo ganas de amenazarlo. Escuchó la carcajada que el alfa intentó retener para no recibir otro regaño de Jin Young, y que ambos fueran echados de la biblioteca.

Frunció el ceño cuando el de cabellos claros regresó la mirada al libro, preguntándose porque había hecho ese comentario en primer lugar, pero, a pesar de eso, tenía en claro cuál era la respuesta. Él mismo bajó la vista a su libro, ignorando la mirada que sentía sobre sí y que no pertenecía a Seung Min.

Podría no ser un omega, pero ser amable y atento era parte de su naturaleza. Gracias a eso, varias personas le conocían por toda la universidad. No les debió resultar ni siquiera extraño cuando empezó a pasar tiempo con Seung Min, porque incluso era cercano a Lee Felix, ese al que la mayoría le tenía miedo, pero, ese pequeño tiempo se había extendido mucho más de lo que esperaba, y podía oír con claridad los murmullos de la gente en los pasillos sobre ellos.

Hizo una mueca, sin estar concentrado del todo en la lectura. Él no era un omega, era un beta, así que le parecía estúpido el que hicieran suposiciones de que eran pareja. Su boca se abrió y de ella salió un suspiro que provocó que Seung Min le mirara, parpadeando varias veces como si lo hubiera sacado de un trance antes de ver la hora en uno de los relojes de la pared, y, después su teléfono.

—Tengo que ir a clases —dijo, y Chan sintió un incómodo vacío casi de inmediato. Asintió, y vio la sonrisa maliciosa del alfa, esa que tenía cuando iba a hacer alguna travesura. Entrecerró los ojos al saber sus intenciones. Se echó hacia atrás al ver la mano del alfa ir directo a sus cabellos y revolverlos—. ¡Hasta luego, ricitos! —Gruñó en voz baja, porque seguía sin agradarle en lo más mínimo el apodo, se suponía que era mayor que él, no tenía porque tratarlo así.

Se le quedó mirando todo el camino hasta que salió, lo vio reírse cuando volteó hacia a él, y supuso que era por la expresión amargada que tenía su rostro. Rodó los ojos, regresando la vista al libro. Alzó la mirada de las letras impresas poco después al escuchar algo, y observó a Jeong In corriendo para sentarse en una silla a su lado, y supo que era porque Seung Min ya no estaba a la vista. Frunció el ceño.

—¿Me estabas espiando? —preguntó en un tono irritado, Jeong In asintió con rapidez, y los mechones negros se sacudieron por el movimiento brusco, tuvo que volver a acomodarlos con cuidado después de detenerse, peinándolos hacia abajo y Chan se fijó en que pronto obstruirían su visión. La piel de Jeong In era pálida, casi tanto como lo era la suya, así que pudo notar con facilidad que su rostro estaba carmín, sus ojos medio rasgados de iris oscuros le miraban con atención.

—¿Para qué negarlo? —respondió con otra pregunta—. Amo la pareja que usted hace con Seung Min. —Chan le miró de mala manera. El otro beta sólo rió, y se calló de inmediato al escuchar el carraspeó de Jin Young a lo lejos.