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Una joven bajita se acercaba corriendo a otra que estaba parada en medio de la vacia estación del tren.

—Tengo muy buenas noticias, unnie.

En cuanto la otra le mostró el papel de su diagnóstico, Mina reaccionó como si hubiera encontrado la respuesta de todos los problemas del mundo.

Estaba tan feliz, demasiado feliz.

Era la primera vez, según Chaeyoung, que Mina sonreía tanto que sus ojos parecían dos rayitas hechas con marcador.

Y le gustaba mucho.

La alta se acercó lo más que pudo a Chaeyoung, le dio igual que alguién llegara y las viera, y llenó la carita de la de cabellos rosas con besitos.

Mina jamás pensó que podría llegar a amar tanto a alguién.

Y aprovechó el momento para llevarse a Chaeyoung a algún lugar, quizá a comer o algo porque quería celebrar.

La japonesa creía, ahora más que nunca, que Chaeyoung se merecía ese tipo de felicidad y mucha más. Porque era una chica con un corazón demasiado bonito.

Era todo lo que le faltaba a Mina en la vida, era el pingüino que se había ganado su pingüi-corazón. Y al que iba a estar amarrada por siempre de amor.

(Chillé cuando puse pingüi-corazón).

Nunca sería capaz de imaginarse un mundo sin la chica sonriente que tenía en ese instante a su lado, no podría vivir sin sentir la calidez de su alma junto a la suya.

Nunca sería capaz de imaginarse un mundo sin la chica sonriente que tenía en ese instante a su lado, no podría vivir sin sentir la calidez de su alma junto a la suya

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Maratón hasta el capítulo 50. ¿Qué opinan?.

Pd; No olviden seguirme chikistrikis; @CapitanWonho y También mi cuenta secundaria Myoui_Chaeyoung.

Pasitos de pingüino | Michaeng (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora