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Anna:

Al día siguiente fuimos juntas al Real pero nos topamos con alguien en el camino, era un chico muy alto, su cabello era negro y crespo, con ojos marrones y su piel blanca como la nieve.

- Ustedes no son dignas de tener ese uniforme - hizo una mueca y nos miró fastidiado, usaba el uniforme del real y se veía jodidamente bien con él.

- ¿Qué te pasa? - dije con tono muy serio y me crucé de brazos.

- No hay que repararlas mucho para darse cuenta que son pobres, y no es por ofenderlas pero yo siendo ustedes no iría, no están a nuestro nivel- Dijo después de mirar con asco nuestras zapatillas.

Me miró con superioridad pero le sostuve la mirada hasta que la desvió para luego entrar a un carro grande y negro.

Christie no dijo nada, hizo como si nada hubiera pasado y siguió caminando. Yo fui tras ella.

Al llegar al real encontramos la puerta principal cerrada, como íbamos caminando nos fue imposible llegar a tiempo, Christie tocó el timbre y al instante alguien abrió.

- Disculpen por la demora-Abrió un chico de cabello castaño claro y muy delgado a mi parecer, quien llevaba una sonrisa tranquila en su rostro.

- Pero no demoró- Dije entre risas.

- Sigan por favor- El joven apuesto y amable nos dio paso como todo un caballero.

Caminamos tras él observando el grande y hermoso lugar.

Christie y yo nos miramos entre sí tratando de aguantar la risa ¿Como alguien de su edad podía ser tan cortés? incluso tenía finura al caminar.

El joven nos llevó hasta donde al parecer era nuestro salón y antes de que pudiéramos entrar nos dijo.

-Yo soy el presidente de la clase, por esa razón mi deber era esperar a las nuevas alumnas para darles la bienvenida- se mordió el labio inferior y bajó rápidamente la mirada nervioso como si hubiera cometido un error- ciertamente... estoy apenado por mi comportamiento, no se como pude ser tan grosero y... pido sinceramente perdón por haberlo pasado por alto.

-¿Grosero?- Preguntó Christie en desacuerdo.

- Sí, grosero- Respondió éste con la cabeza gacha.

- ¿Bromeas?- dije desconcertada.

- ¿No están de acuerdo? - Alzó la mirada hacia nosotras un poco alterado- Me olvidé de que venían hoy y he llegado tarde a recibirlas, no les traje un obsequio de bienvenida y ni siquiera he dicho mi nombre ni he dejado que digan el suyo hasta ahora ¡Joder! eso debió ser lo primero.

- Tranquilízate, no es para tanto - Dijo Christie poniendo la mano sobre el hombro de él para calmarlo.

- Mi nombre es Ángel - Sonrió, enserio esa sonrisa cambiaría el ánimo de cualquiera con solo apreciarla, lo hacía ver incluso como un ídolo o modelo.

- yo soy Anna y ella es Christie.

- Ojalá todos aquí fueran tan amables como tú- dijo Christie refiriéndose al chico irrespetuoso que nos encontramos antes.

Ángel de repente se puso serio, tal vez por el comentario de Christie. Luego abrió la puerta del salón, todos estaban en silencio incluso el maestro se sentó cuando Ángel entró.

- Como ya nos habían comentado hoy llegaron dos compañeras nuevas - Dijo Ángel y luego nos hizo una seña para que entraramos - Chicas, pueden presentarse.

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