O3

1K 140 7
                                    

Habían pasado unas cuántas semanas, y la verdad era que a su parecer las visitas de su ángel guardián habían sido reducidas.
Quizás estaba tan solo que se había acostumbrado a la presencia del pelinegro, como si fuera una constante en su vida. Y la verdad, lo era.

Nunca creyó que encontraría a alguien tan puro como lo era Jungkook, y ahora que lo tenía a su lado no sabía que sería de él sin aquel ángel que lo sacaba de sus miserias.
Mas luego se dio cuenta: Él no sabía qué hacer sin su ángel, mas era probable que Jungkook sí. Posiblemente sea asignado a otra persona, y ya. Fin de la historia.

Lo suyo solo era algo efímero.

Y por más que quiso, intentó restarle importancia a esos pensamientos, mas no pudo. ¿En qué momento se había encariñado tanto con Jungkook?

-¿En qué piensas, Ángel?—la voz calma del pelinegro lo hizo salir de sus pensamientos

-Ah, ni me di cuenta que estabas aquí.—suspiró— No me digas ángel, no lo soy.

-Solo porque no tengas un par de alas no significa que no seas un ángel, Taehyungie. Eres mi ángel, al que debo proteger con mi vida.—dijo a la vez que acariciaba la mejilla del contrario, sonriendo al ver como su expresión suavizaba— ¿En qué pensabas?

-En nada importante.—continuó con su intento de cambiar el tema.

-Si no fuera importante no tendrías esa cara.—dijo seriamente, a la vez que se cruzaba de brazos.

-Ay, ¿se me nota mucho?—finalmente suspiró derrotado.

El ángel asintió.—¿Me dirás qué pasó?

Hubo un silencio algo largo e incómodo por parte del menor, hasta que por fin habló.

-Cuando yo ya no esté...¿Qué será de ti?

Ahora quién se quedó callado era Jungkook.
Esa pregunta jamás había cruzado su mente hasta este preciso instante.
¿Por qué Taehyung se cuestionaba eso? ¿Acaso lo quería alejar ya?
No podía negar que esa pregunta lo entristeció un poco. No quería pensar en el futuro, y aun así su acompañante le recordaba la crueldad de la situación en la que se encontraba.

-Yo... No lo sé, Tae. No lo había pensado.

-¿No serías asignado a cuidar a otra persona?

-Es una posibilidad, pero la verdad lo dudo. Nos envían a cuidar a alguien que necesite de nosotros emocionalmente. No te asignan al azar, te asignan a alguien con quien saben que vas a congeniar bien. Es así como el lazo se intensifica.—su voz amenazó con quebrarse, pero se mantuvo firme. No podía dejar que sus emociones se trasluzcan. Era más fácil fingir que todo estaba bien.

-Pero eso haría mucho más fácil el encariñarse, y quizás hasta enamorarse. Tú mismo dijiste que un ángel no podía enamorarse, ¿No? ¿Has sabido de algún ángel que haya sido castigado por eso?

El mayor tragó saliva.

"No, pero supongo que pronto lo averiguaremos."

-Debe haber habido alguno...

-¿Qué sucede con esos ángeles?

-¿Por qué quieres saber tanto de eso?—rió nervioso. ¿Acaso Taehyung ya se había dado cuenta del cambio en sus plumas? No, era imposible. Seguían siendo blancas. Un poco más oscuras, pero aun eran blancas.

-No lo sé, me causa curiosidad.

El ángel suspiró y se abrazó a sí mismo con sus alas, debatiéndose si responder a la duda del contrario.

-Un ángel no puede mentir, ¿sabes? Siempre son delatados por sus alas. Como habrás visto, mis alas son de color blanco, pero estas pueden cambiar de color. Con cada pecado que cometes, y según cuán grave fue, las alas se oscurecen. El pecar nos inflinge daño físico como emocional. Un ángel con alas negras indica que ha pecado en demasía y no merece ser llamado por el nombre de Ángel.
Es desterrado del Cielo, luego de que sus alas hayan sido arrancadas. En casos más extremos, el ángel pierde tanta fuerza que incluso muere antes de siquiera ser castigado.

Taehyung lo miró horrorizado.

-Pero, ¿no es algo injusto que enamorarse sea un pecado?

-Lo es, pero no podemos cambiar eso.—pronunció con tristeza.

Taehyung notó como la mirada de Jungkook se entristeció un poco. Quizás había preguntado de más.

-Lo siento.

-¿Por qué te disculpas?

-Creo que no quieres hablar de este tema.
Sonrió débilmente.—No te preocupes Tae. No me molesta hablarlo contigo.—dijo a la vez que revolvía el cabello del menor.— Aunque, nos desviamos mucho, ¿por qué querías saber qué será de mí cuando tú ya no estés? ¿No crees que es algo pronto para pensar en eso? Para tu mala suerte voy a estar a tu lado muchos años más.

Taehyung rió.—Si por mí fuera me quedaría contigo toda una eternidad.

Jungkook sonrió al sentir como su pecho se llenaba con la calidez de aquellas palabras.
Pero con esa calidez también vino la angustia. Aquellas mismas palabras habían causado que se enamorase más del menor. Cualquier pequeña acción que hiciera Taehyung causaba un gran efecto en él.

-Tae, debo irme.—dijo con firmeza, aun denotando preocupación.

-¿Tan pronto?

-Volveré en un rato, ¿sí? Espera por mí.—se acercó al menor y le dio un pequeño beso en la frente, antes de salir volando por la ventana, sin darle tiempo a responder.

Mas su ángel no regresó esa noche.

Habían pasado ya dos horas, y seguía sin saber de Jungkook. Se estaba empezandoa preocupar, pues su ángel nunca lo deja solo.
Se abrazó a sí mismo, suspirando. Esperaba poder escuchar pronto el batir de sus alas, mas el sonido nunca llegó.
Suspiró y se recostó en su cama, mirando al techo.
"No volverá." pensó.
Optó por irse a dormir, esperando que al menos Jungkook lo acompañara en sus sueños.

Fallen Angel [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora