O9

978 129 13
                                    

-T-Tenemos que... da-darnos prisa.—dijo un muy debilitado Jungkook.

Taehyung no comprendía qué pasaba. ¿Acaso estaba viendo a su Ángel morir frente a sus ojos?

-Jungkook...—intentó acercarse, más el contrario lo apartó.

-N...No te acerques. Lo harás empeorar.

El menor agachó su cabeza y asintió. Se sentía mal. Estaba inflingiendo un daño terrible en la persona que amaba, y eso en verdad hería.

-Ángel, no es tu culpa.—logró incorporarse, aun respirando agitado— Estaré bien, estaremos bien.

-Sobre eso... exactamente, ¿qué sucederá?

-No puedo decirte... supongo que lo averiguaremos.

-¿No eres una criatura divina que sabe todo?

-No, Tae, no lo soy. Tengo más defectos de los que crees.

-Lo sé, no he dicho lo contrario. Pero no me importa, así te amo.

Jungkook sonrió. Taehyung en verdad confiaba en él, y eso lo tranquilizaba.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

-¿Estás seguro de esto?

-Sí, Namjoon. En verdad lo quiero. Estoy completamente seguro. Mi lugar no es aquí en el Cielo. Mi lugar es con Taehyung.

El mayor de ambos suspiró, no era la primera vez que veía un ángel enamorado, y tampoco sería la última.

-Ve por él, Jungkook. Tienes que hacer esto rápido.

Este asintió. El tiempo estaba en su contra. Con la poca fuerza que le quedaba extendió sus majestuosas alas y voló en busca de Taehyung.  Apenas y podía mantenerse.

-M-Mierda, mis alas... d-duelen.—se dijó a sí mismo, mas siguió esforzándose.

Faltaba poco, podía hacerlo.

O quizás no.

El dolor se hizo más fuerte, tanto que dejó de volar y cayó de bruses al suelo.
Gritó agonizante. ¿Pero de qué servía? Nadie podía oírle.
Tomando aire, se arrastró hacia la casa de Taehyung. Su cuerpo dolía demasiado, casi no podías moverse, pero debía llegar. Necesitaba llegar.

"Falta poco, tú puedes".

Su visión estaba nublándose, respirar le dolía. Estaba muriendo.

-N..No puedo morir así, debo estar c-con Taehyung... Dios, necesito...

No resistió. Finalmente se desplomó a la puerta, completamente debilitado.
Para su suerte, Taehyung había escuchado el ruido que ocasionó su caída y decidió investigar.
Cuál no fue su sorpresa al encontrar a su amado casi moribundo.

Cubrió su boca horrorizado y rápidamente fue a  socorrer al Ángel.

-Por Dios, Jungkook. ¿¡Qué pasó?!

-No...hay... tiempo. Mierda...

Taehyung tomó al ángel en sus brazos y lo llevó a su habitación, recostándolo en su cama.
Se acercó y le dio un pequeño beso en la frente.

-Tranquilo, Kookie. Estoy aquí.—dijo a la vez que tomaba su mano y entrelazaba sus dedos.–¿Qué sucedió, amor?

-Es muy tarde. No tengo fuerzas para nada, Tae. No podemos morir juntos, no puedo hacerlo.

Taehyung apretó su mano; las lágrimas amemazaban con salir.

-N-No, Kookie, tiene que haber un modo. Tenemos que estar juntos, e-es nuestro destino, ¿recuerdas? No po-podemos estar separados.

-Lo siento Tae, en verdad lo siento.—susurró con voz ronca a la vez que acariciaba las mejillas del menor, limpiando sus lágrimas.— No llores, Ángel. Me duele verte llorar.

-¡A m-mí me duele verte así!—gritó frustrado. No quería dejarlo ir. No podía. Era su ángel, ¿cómo podía soltarlo?
En verdad estaba viéndolo morir frente a sus ojos, y era tan malditamente desgarrador.

-Estaremos juntos, Tae. Confía en mí. Vamos a encontrarnos de nuevo, en esta vida o en otra, pero lo haremos.
Jungkook se quejó de dolor y Taehyung solo pudo recostarse encima suyo, apoyando su cabeza en su pecho. Su corazón latía con menos fuerza cada vez. Sabía perfectamente bien que este era el final.

-T-Te amo, ¿sí? Siempre lo he hecho y siempre lo haré. No olvides eso.

-Jamás podría.—empezó a acariciar el cabello del menor.— No te olvidaré nunca, Ángel. Te amo como no tienes idea.—suspiró y besó su cabeza.

Taehyung sonrió y cerró sus ojos, esperando lo inevitable.
Estuvieron en silencio unos minutos, hasta que los latidos del mayor se detuvieron.
Taehyung suspiró.
Besó los labios de su ángel mientras las lágrimas caían de sus ojos.

-Te amo, Jungkook. Te seguiré a donde vayas.

Nuevamente tomó su cuerpo en brazos y caminó hacia el balcón, sentándose en el borde.

-Nunca pudimos volar juntos, creo que es hora de hacerlo, ¿no?

Aun abrazando a su amado, saltó. Saltó al vacío y mientras caía podía sentir las alas del ángel envolverle. Él seguía ahí.
Cayó al suelo, golpeando su cabeza con fuerza y muriendo en el acto.
Ambos habían cumplido su promesa de estar juntos hasta la eternidad.
Estaban juntos, en cuerpo y alma.

Fallen Angel [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora