四 ━━ Anorexy.

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Sacaron a Richie de la habitación

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Sacaron a Richie de la habitación.

Un alivio inmenso se hizo presente, y ya podía respirar aire limpio y puro. Pidió salir al patio, fumó un cigarrillo y se fue al cuarto. Rogó conque no se encontrará Eddie allí, puesto a que no quería hablar con nadie sobre esto y menos con él. Por suerte no estaba.

Tomó su libro, lo abrió donde se encontraba el marca páginas y leyó:

" Carrie se dió media vuelta y miró fijamente a la iglesia que acababa de abandonar. La pesada puerta se cerró con súbita violencia, como impulsada por un huracán.
Se volvió y caminó hacia su casa. "

La manija de la puerta rechinó, alguien intentaba abrirla. Richie soltó un suspiro cansino, y se levantó para quitar la traba que había puesto.

── No deberías cerrar con cerrojo, Richie ──dijo Luke, con el ceño fruncido.── Espero y hayas aprendido con lo de anoche, no vuelvas a poner traba. Ah, y Eddie Kaspbrak está buscándote como un loco.

Richie bufó. Cuando el enfermero salió del cuarto, cerró la puerta y se tiró en la cama. ¿Como iba a mirar a la cara a Eddie después de la estupidez que había hecho ayer? No pudo tomarse el tiempo de pensar que iba a decir, porque un golpe fuerte se oyó en la puerta de la solitaria habitación.

── RICHARD TOZIER, SÉ QUE ESTÁS DENTRO. ──Luego de gritar, drásticamente cambió su tono y agregó:── Abre, soy Eddie. Por favor, necesito saber que estás bien.

── Estoy bien, ──dijo Richie, sin siquiera levantarse de la cama── no te preocupes.

── Quiero entrar. Y tienes que dejarme, porque es mi estúpido cuarto también. ── Tozier cerró el libro, no sin antes colocar el marca páginas, y se dispuso a abrirle.

Eddie se abalanzó al chico de cabellos rizados, con el rostro preocupado. No había olvidado lo de anoche, y seguramente recordaba perfectamente todas las mierdas que le había gritado por celos antes de que lo encerrasen.

No quería hablar con él, no quería ni mirarlo; se sentía una basura. Eddie no era suyo, no le pertenecía, y podía hacer toda la mierda que quisiera sin siquiera preguntárselo.

── ¿Puedes soltarme, Eddie? Ya entraste, ya me viste, ¿que más necesitas? ── Richard seguía sin poder mirarlo a los ojos. Miraba el picaporte, la puerta o las paredes.

── ¿Que tienes? Es decir, ayer me miraste con mala cara y no sé por qué, no quisiste volver a hablar conmigo y luego te encierran en ese cuadrado que llaman habitación. ──El castaño respiró profundamente y, como si no hubiera servido de nada, luego exclamó:── Maldita sea, ¡habla conmigo! ──El azabache se asustó por aquel grito inesperado, y cerró los ojos como respuesta.

── No te metas, no tienes por qué. Es mi vida, si estoy mal no te afecta en lo absoluto y lo sabes muy bien. ──Eddie frunció el ceño, ¿que si no le afectaba? Claro que lo hacía, pensó.

── Eres un idiota, pero, además ¡eres un maldito ciego! ¿Quién carajo se quedo toda la maldita noche junto a ese cuarto horrible, oyendo tus gritos? ¡YO! ¿Crees que no me afecta? ¿Que no me importa? Pues óyeme bien lo que diré: ME IMPORTAS MÁS DE LO QUE CREES, RICHARD TOZIER.

Resignado, el de lentes se tumbó en el colchón, mientras tomaba el libro titulado Carrie, de Stephen King. Eddie lo miró, sin quitar aquella mirada de molestia que llevaba hace un rato.

── ¿Por qué no puedes creerlo? ¿Por qué piensas que no le importas a nadie? ¿Por qué tienes esa imagen mental de que a mí no me importas? ──Eddie se sentó a su lado, con una mueca triste en el rostro. Richie simplemente alzó sus hombros, fingiendo indiferencia.

── Porque yo nunca voy a ser suficiente para alguien; estoy loco, porque soy psicótico, porque soy inestable. Porque, de un día para el otro, podría comenzar a odiarte, y tú no mereces eso. Por esa razón, tú y yo jamás deberíamos haber comenzado una relación.

── Podría cargar con eso ──afirmó Eds──, pero deberías permitirme acercarme a tí. Necesitas ayuda, todos la necesitamos. Todos debemos tener al menos a una persona a nuestro lado, y me gustaría yo ser la persona a tu lado. ──Kaspbrak le regaló una sonrisa amplia y sincera, la cual fue devuelta por el azabache.

Y, a pesar de lo que costó, Eddie Kaspbrak logró acercarse al extraño Richard Tozier, quien no quería entablar ningún tipo de relación con nadie con tal de no lastimarlos como ya lo había hecho con Eds.



Richie se tiró a un sillón en el living, y encendió un cigarrillo. Eds tomó asiento a su lado, y se puso a mirar la TV. Haciendo esta misma acción, se encontraban Bill, Stanley y un chico cuyo nombre Kaspbrak  no sabía.

── ¿Podrían cambiar ese estúpido canal? Ya es aburrido, ¿saben? ──acotó Stan, con molestia.

── Stanny, ni siquiera estás viéndolo ──respondió Bill, con el ceño fruncido. Igualmente revisaron que había en los demás canales, para que el otro dejara de quejarse.

Luego, Eddie colocó su cabeza sobre el pecho de Tozier, quien se había tirado completamente en el sillón. El azabache comenzó a enroscar en su dedo los pequeños cabellos castaños del chico, mientras el otro seguía concentrado completamente en la película que estaban dando en la televisión.

Comenzó a sentir el delicioso aroma a coco que desprendían los cabellos del chico, y no pudo evitar olerlo. Eddie río, y preguntó:

── ¿Qué es lo que estás haciendo? ──rió. Richie simplemente alzó los hombros cuando el otro volteó la cabeza hacia él, con una media sonrisa.



Había llegado la hora de los medicamentos. Richie no quiso tomarlos ni de broma, e hizo un escándalo gigante para no hacerlo; Eddie no se negó, simplemente tomó la pastilla con un vaso de agua y siguió en lo suyo.

── Hola, señor Kaspbrak. Aquí están sus medicamentos ──había dicho la señorita que entregaba los vasos de agua y pastillas, con una media sonrisa. El chico lo tomó y, con una mueca, se lo tragó rápidamente.

Cuando Richie se negó a tomar sus medicamentos, comenzaron a llegar enfermeros e incluso enfermeras del pabellón de mujeres, quienes no aparecían muy seguido por allí. Eddie pensó que volverían a encerrar al chico, ya que comenzó a ponerse histérico.

── ¡No voy a tomar esa... maldita mierda! ──Dos tipos sostenían los brazos de Richard, quien pataleaba con tal de golpear a los que querían agarrarlo.

Quizás si hubiera sido otra persona no se habría armado tanto revuelo, pero Richie tenía una muy mala reputación en el hospital y siempre era la misma situación.

── Richard, termina con esto... No sirve de nada que te quejes cada vez que debes tomar el medicamento. Si no lo haces, jamás volverás a irte de aquí. No podrás salir ni siquiera los fines de semana. ──La enfermera intentaba hacerlo entrar en razón, cosa que no sirvió de mucho.

Se llevaron a Richie de a cuatro personas, mientras él seguía pateando a los enfermeros con muchísimo enojo. Al final, terminaron haciéndole tragar sus medicamentos obligadamente, y Eddie solo pedía silenciosamente para sí que no volvieran a encerrarlo en aquel horrible cuarto.

𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐈𝐀𝐓𝐑𝐈𝐂,⠀⠀reddie. [pronto en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora