十 ━━ Obsessive compulsive.

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Tres semanas después

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Tres semanas después.

Richie había mejorado parcialmente su esquizofrenia. Prometió obedecer a los médicos e ingerir las pastillas que le recetaran, además de ir a su hora de terapia sin faltas.

El hecho de que Richard comenzara, luego de tanto tiempo, a poner su parte para mejorar su condición, se debía a una charla con Eddie. Más allá de su propia promesa, Kaspbrak le había dado aquella fuerza para poder dar el primer paso.

Richie odiaba los medicamentos, tenían un efecto muy fuerte en él. Sentía que se dormitaba, que andaba como si fuese un zombie y le resultaba algo realmente estresante a veces. El problema era que, en su caso, no había de otra que tomarlos. Tenía que hacer rehabilitación y terapia, pero solo con eso no bastaba para controlar su condición momentáneamente. Probablemente en el futuro tendría más suerte con ello y podría dejarlos.

Richard todo ese tiempo había necesitado un hombro, alguien quien lo apoyara para avanzar y le inspirase a mejorar. Nunca lo consiguió, puesto a que no había tenido muchos amigos. Quizás lo más cercano a eso había sigo su madre, pero lo había dejado de visitar hacía ya mucho tiempo, debido a su padre. La extrañaba, pero, para verla de nuevo, no podía hacer más que ponerse parcialmente mejor de salud.

El hecho de tener un propósito para mejorar le hacía tener ganas de cambiar, ayudarse y sanar. Sabía perfectamente que quizás no podría curarse del todo, pero necesitaba estar bien para apoyar a Eddie.  Era increíble como el chico había podido cambiar a Richard en tan poco tiempo, y viceversa. Ambos comenzaron a ver notables mejoras en el otro, y eso los alegraba. Sabían que las cosas no estarían perfectas al cien por cien, pero, con sentirse bien para ofrecer apoyo a el otro, se conformaban.

Con relación a los demás, el único que no mostraba notables mejoras era Stanley. No sabían cuanto más podría seguir así, y temían dejarlo solo sin supervisión. Bill intentó hacer lo posible para distraer su cabeza y enfocarse en ayudarlo, cosa que no fue sencilla. Pero, a diferencia de su amigo, su condición tenía mayor control. Sabía que tampoco era su trabajo hacer eso, ya que también debía preocuparse por si mismo, pero no podía evitar  preocuparse más por el otro.

Usualmente Bill ponía por sobre su propia salud la de los demás, aunque tenía muy en claro de que eso no estaba bien. Sabía que, si solucionaba los problemas de sus amigos, probablemente el se sentiría un poco mejor.

Richie y Eddie tomaron asiento en el pasto suave del patio, mientras iban tomados de la mano. Una suave brisa despeinó los cabellos del más bajo, quien casualmente reía por una broma estúpida que su compañero había hecho. Tozier no pudo borrar esa tonta sonrisa de su rostro al ver a su angelical enamorado tentado por sus típicas imitaciones.

── ¡Detente, Richie! ──se quejó el chico al no poder parar de reír. Al ver que su acompañante no cedía, empujó suavemente su hombro, con la intención de tumbarlo en el fresco y acolchonado suelo verdoso en el que se encontraban ubicados.

Richie no tenía en mente rendirse: al sentir el empujón de Eddie, tiró de su brazo lo más fuerte que pudo, sin herirlo, y lo tumbó a su lado. "Oye, ¡¿eso es trampa?!" vociferó el menor, con un puchero formándose en sus labios. El de anteojos negó con una expresión victoriosa, sin borrar su gigante sonrisa del rostro.

El dolor en el estómago de Edward no tardó en hacerse presente. Tenía tiempo sin pasarla tan bien y sintiéndose tan feliz. Cuando estaba con Richard, no podía evitar sacar una sonrisa. Quizás no se entendían por completo,  pero la forma en la que ambos conectaban era impresionante.

Mas allá de todas las diferencias que los separaban y sus condiciones, ambas distintas entre sí, habían logrado entablar esa relación de apoyo mutuo, en donde los dos salían ganando y disfrutaban el tiempo con el otro.

Quizás aquellas diferencias eran las mismas que los habían juntado, que habían permitido que Eddie se acercase a aquel chico extraño que no pretendía para nada entablar una relación siquiera amistosa con él. Ese impulso por conocerlo y saber que había detrás de Richard Tozier, y aquella imagen tan extraña que le mostraba a los demás.

── Richie ──llamó el castaño, con la voz algo temblorosa por los nervios.── ¿Puedo hacerte una pregunta? ──el chico de lentes se volteó hacia él, para luego sacudir su cabeza de forma aprobatoria.

Los nervios de Edward eran tan invasivos que no le permitían soltar una palabra. Lo único que logró, luego de unos segundos, fue soltar lágrimas, gracias al gran nudo que se le había hecho en la garganta.

── Ey. ¿Qué ocurre, Eds? ──El azabache prosiguió a colocar una mano sobre su hombro, para luego mover la otra hacia el mentón de Eddie. Alzó su vista lagrimeante hacia el más alto, gracias a que este lo obligó.

── Sabes que mi madre vino a visitarme, ¿no? Hace unos días. Comenzó a preguntar como iba con mi tratamiento, si tenía algún amigo... esas cosas. Le conté de tí, pero ella me dijo que tu y yo no podemos estar juntos. ──Su vista volvió al suelo, con pena.── Me respondió que ambos éramos demasiado inestables para salir, y que... solo nos íbamos a lastimar.
Por eso, Richard,──tomó las manos del de lentes, quien se sobresaltó por tal acción repentina── quiero estar mejor para tí. Mi deseo es poder salvarte, servirte como el apoyo que tanto necesitas y nunca haz podido tener.

Quiero curarme para poder curarte. No quiero que tengamos una relación dolorosa, en donde ambos terminamos sufriendo en el intento.

Quiero ser feliz a tu lado. Quizás suene ridículo, somos chicos aún, pero ese es mi deseo para el futuro. Obviamente solo si tu estas de acuerdo, pero eso me haría muy feliz.

No quiero que simplemente dependamos del otro, me gustaría que ambos estemos bien... Que podamos ser realmente felices.

Quiero poder extrañarte, sin sentir que me asfixio en una soledad hiriente que carcome todo mi ser. Lo mismo para tí.

Quiero ver tu sonrisa, encontrando felicidad incluso en las cosas mas pequeñas. Que no necesariamente sea por mí, sino por el simple hecho de estar vivo. De que nos conociéramos gracias a eso.

Agradezco tanto esta oportunidad de poder vivir, de tenerte a mi lado. De poder todos los dias levantarme y correr al comedor solo para verte. Me gustaría que ambos dejemos este lugar y tengamos una vida normal, llena de cosas buenas y amor.

Richie, te amo muchísimo, y no puedo explicar lo feliz que me siento a tu lado. No quiero que nuestra relación se vuelva dolorosa si llegamos a separarnos, al punto de querer morir por no tenerte junto a mí.

Me gustaría que nuestro amor sea tan sano y fuerte que inclusive prospere mientras no estamos juntos. Que podamos ser felices tanto individualmente como con el otro a nuestro lado.

── Eddie, sos el angel que me sacó de la oscuridad de mi soledad. Del miedo a salir, de las ganas de no hacer nada.
Quiero ser feliz contigo, no quiero hacerte daño. Nosotros vamos a poder salir adelante, inclusive si hay muchas piedras en el camino.
¡Mira todo lo que hicimos en tan poco tiempo! Los dos mejoramos, nos dimos una mano el uno al otro y estamos aquí, disfrutando de una fresca mañana, mirando como los pájaros vuelan libres por el claro cielo. Si pudimos llegar a esto, ¿por qué no podríamos hacerlo?
Nuestro amor es tan fuerte que podría romper cadenas, Eds. Te amo, y no quiero verte llorar o sufrir por mi culpa.
Vamos a hacer todo lo que podamos para llegar a esa felicidad que buscamos, mi amor. Prometo poner todo mi empeño en ello para que lo logremos.

El día estaba soleado y había un poco de viento, de ese tipo que adoras sentir en el aire; que te genera calma. Richie estaba calmo. Eddie se sentía bien, jamás se había sentido mejor. Ambos seguían teniendo cosas que arreglar, pero solo quedaba disfrutar ese pequeño momento de calidez que estaban teniendo uno junto al otro.

𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐈𝐀𝐓𝐑𝐈𝐂,⠀⠀reddie. [pronto en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora