One shot Lucy

Beso (nalu)

Nos encontramos en el gremio de Fairy tail. Había pasado una semana desde que Alvarez fue derrotado y por suerte eso hizo que las cosas se tranquilizaran. El gremio estaba tranquilo, necesitaban un descanso de la cansada guerra que tuvieron y los sustos de posibles muertes.

La rubia se encontraba sentada en una de las bancas de en frente de una mesa de madera. Sobre la mesa hay una taza de café la cual la rubia usaba para despertarse aún más ya que eran horas de la mañana y eso hacía que todos estuvieran más tranquilos ya que estaban adormilados.

La maga celestial se encontraba leyendo un libro de su autor de misterio favorito. Tenía su ceño fruncido, en su mente trataba de resolver el misterio incluso antes que el personaje principal.

Por otro lado el peli rosa veía todo el lugar con algo de aburrimiento. Todo estaba tan tranquilo, era... aburrido. Además no podía empezar a pelear por que Erza. La gran Titania estaba presente y a la mínima lo pillaría.

Pero... quería hacer algo que hiciera que el gremio se alterada y volviera a ser cómo antes. No le gustaba que todos estuvieran tan tensos que era lo que él pensaba que pasaba.

Una idea vino a la mente del peli rosa. Una manera que podía regresar a su gremio a su actitud de antaño. Sin peleas y sin golpes de parte de Erza.
¡Era un plan perfecto!

Dando grandes zancadas se acercó a la mesa de la rubia. Cuando estuvo al lado de ésta apoyó una de sus manos sobre la mesa de madera y arqueó su espalda hacia delante para ver mejor al rostro de concentración de la rubia.

Quería reírse, le parecía gracioso ver a la chica con su ceño fruncido demostrando esfuerzo a la hora de resolver el enigma. Aunque... también le parecía lindas las muecas que hacía.

- Ey Luce - saludó éste regalandole una de sus típicas sonrisas.

La rubia ni siquiera giró a verlo, solo asintió con su cabeza en señal de cortesía indicando que si que le había escuchado.

- Hola Natsu - dijo con una sonrisa - lo siento. Pero ahora mismo estoy muy ocupada - se escusó la Heartfilia.

La rubia seguía totalmente centrada en su libro. Centrándose en el misterio e ignorando totalmente la sonrisa cínica de el peli rosa el cual ya sabía cómo llevar a cabo su plan.

- Lo siento. Necesitaba reclamar algo - dijo en un tono bromista el dragon slayer.

El mago de fuego sonreía con una de sus típicas sonrisa tan únicas suyas. Él se sentó en el asiento justo al lado de la Heartfilia haciendo que está lo mirara de reojo.

Lucy por su tono de voz y su expresión infantil dedujo que tan solo era una de sus típicas bromas pesadas o molestias. Ambos se podían llevar muy bien, pero, a el peli rosa le gustaba demasiado molestarla.

Lucy lo ignoró.

Natsu. Obviamente quería llamar su atención, pero ese estupido libro no le permitía tener la atención de su querida compañera.

Frunció el ceño y lentamente alzó su mano. Con un rápido movimiento cogió la parte de arriba del libro y rápidamente se lo quitó de entre sus manos a la joven.

- ¡Natsu! ¡Devuelvemelo!

Inmediatamente la rubia comenzó a tratar de alcanzar el libro tratando de alcanzar el libro el cual Natsu alejaba cada vez más.

El peli rosa sonrió. Le resultaba divertido. Él arqueaba su espalda hacia atrás y ella hacía delante pegando sus grandes pechos al pecho de el mago de fuego. Mejor situación imposible.

El dragon slayers de fuego soltó el libro. Colocó su otra mano en la nuca de la chica y con un rápido movimiento acercó la cabeza de la maga celestial a la suya.

Ambos juntaron sus labios, Natsu con sus ojos cerrados y la rubia abrió sus ojos por la sorpresa. Ella se quedó totalmente quieta, sobre todo al notar que en realidad el hecho de sentir sus labios juntos no le desagradaba. De hecho. Le gustaba.

Por otro lado para Natsu, el sabor de los labios de Lucy le resultaban especialmente deliciosos. Tenía un toque dulce además de otro amargo proporcionado por el café. Era un sabor adictivo.

Segundos después ambos se separaron levemente. Lucy estaba totalmente aturdida y sonrojada, más cuando Natsu acercó su rostro a la oreja de la maga celestial para poder susurrarle a la rubia. Ella podía sentir su aliento en su piel y eso la hizo sonrojar aún más.

- El dragón siempre reclama a su princesa mi Luce - susurró éste para después morder el lóbulo de la oreja de la rubia.

- ¡¿Qué?! - gritaron todo el gremio.

Misiones cumplidas.

Fin