Desproporciones

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Mis labios no son del mismo tamaño desde la última vez que me besaste.

Mis brazos se han vuelto más largos desde la última vez que te abracé.

El reloj también se ha vuleto más lento y cada tono de llamada de mi teléfono se ha convertido en una esperanza. 

Las sábanas son más frías y mis ojos más vidriosos. 

Y las noches siguen siendo igual de solitarias. Pero esta vez, ni mi soledad quiere ser cómplice de cómo me desarmo y cómo es posible que amanezca entera al día siguiente. 

Cartas que no son cartas, para nadie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora