Capítulo 2.

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Entrar a la habitación dando un portazo siempre era la mejor opción cuando Nadia estaba ahí y esa no era le excepción.

Erick lo miró confundido, abrazando a su novia, la cual casi había sido golpeada por la madera y sonreía nerviosa.

Quizá con miedo.

El chico no entendía la actitud de Christopher para con su novia, que a pesar de no conocerlo mucho siempre intentaba sonreírle y hacer cosas lindas por él para agradarle.

No era mala.

Ella sólo quería llevarse bien con sus amigos para tener cero problemas.

Pero tal parecía, que a Christopher no le importaba en lo absoluto mantener una buena relación con ella. Con nadie en realidad, y el ojiverde ya estaba cansado, era muy su amigo pero no podía simplemente alejarse y mandar a todos a la mierda sólo por algún problemilla que tuviese y del que ni siquiera intentaba hablar.

Era estúpido estar así.

Besó la frente de la chica y no mucho después, ella posó las manos en su pecho y lo empujó un poco, heciéndole mirarla.

-Voy a irme -le avisó con una pequeña sonrisa, aún se notaba confundida por lo que acababa de pasar, y era obvio, porque de cierta forma Christopher se había portado agresivo, aunque no directamente-. Tengo trabajo y ustedes también.

-Podemos ir a otro lado, si quieres -propuso para esperar que no se fuese tan rápido, pues sólo tenía unos minutos allí, pero ella simplemente negó-. ¿Segura que te vas?

-Sí, sí, estoy bien, tranquilo.

Erick sonrió cuando la vió hacerlo también y, tomándola por la cintura la acercó un poco más a él y la beso.

Luego de acompañarla a un coche, regresó a aquel punto y, tomando un respiro tocó la puerta un par de veces.

Tenía que hablar con él, sobre lo que le sucedía, era necesario.

Era su hermano, pero Nadia era su novia y si no ponía las cartas en el asunto, la cosa iba a terminar mal, porque no estaba dispuesto a soportar que le hiciera alguna clase de maldad a ella.

La amaba.

Podía parecer raro, pero sí, Erick realmente estaba enamorado.

A pesar de tener que negarlo frente a las fans, él estaba con la chica y definitivamente ya no tenía ojos para nadie más. Casi.

Pero estaba seguro que lo que sentía era más que un simple gusto.

Luego de tocar algunas veces más con insistencia, la puerta se abrió con brusquedad y al instante vió al chico con el cabello todo despeinado, los ojos apagados pero con furia, hinchados y rojos, tan colorados como su nariz.

Ahora se veía muy diferente a como había entrado a la habitación, y tan sólo habían pasado algunos minutos.

Por supuesto que le preocupaba, sí, definitivamente, pero no por eso olvidaría a lo que iba.

Sin pedir permiso se adentro a la habitación, empujando con su hombro un poco el del chico, que sólo lo miró de reojo contacto molestia y suspiró.

Al cerrar, se giró a verlo sin decir algo, si Erick estaba ahí por algo, él debía hablar, así que no diría nada hasta que lo hiciera. Sólo lo miró atento.

-¿Qué te pasa? -soltó de pronto, con notable enojo en la voz- Casi golpeas a mi novia, ella no tiene la culpa de que estés deprimido, enojado o cualquier mierda que tengas, no seas ardido, no intentes destruir la felicidad de los demás sólo porque tú no eres feliz.

27 DAYS AGO, álbum || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora