Royal

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Hola, soy Sara, un nombre común para una chica común o al menos con una vida común. En realidad no soy nadie en este mundo o quizás aún no lo eh descubierto. Una cosa es segura, no pertenezco a este lugar.
Irónicamente mis recuerdos de la infancia son bastante nulos, son borrosos y en la mayoría son algo... alucinantes y locos. Por ello nunca hablo sobre mi niñez y cuando lo hago, solo menciono a una mujer de cabello azabache y sonrisa angelical. Según lo que entiendo es que ella era mi madre. Algunas veces mi mente me juega sucio y arma una increíble y terrorífica pesadilla, en la que esa mujer y todo un ejército luchaban contra seres que no me atrevo a describir, seres que son dirigidos por una mujer de cabello largo tan dorado como el mismo sol y el que parece ser su pareja de cabello corto con ojos increíblemente negros. Luego de ello 8 chicos entraban a mi habitación y me llevaban lejos de ese lugar. Solo sé que si fuese un poco más fuerte pudiera escuchar lo que me quieren decir pero es justo en ese momento que despierto, sola. Sin nadie a mi alrededor y con mucho trabajo por delante.
Según dice Sana, que yo soy muy especial que no se daría el lujo de venderme incluso al mejor postor, ya que tengo una gran cualidad, pues cuenta que si no fuera por eso, nunca me habría encontrado, ya que no lloraba ni balbuceaba. Que cuando me tomo entre sus brazos pudo sentir algo mágico.
Ahora tengo 16 años, estoy por cumplir 17 y desde los 13 trabajo en la taberna de la tía Sana. No soy una mucama gracias a la amabilidad de la tía pero por ello siempre tengo problemas con las demás chicas.

Algo está mal, lo sé, lo siento. Un vaso estrellándose suena por todo el lugar, un hombre de gran tamaño se levanta enojado de su asiento y se acerca intimidante hacia mi tía, está hecho furia que dudo que se detenga. No puedo hacer nada más que observar, sentirme impotente al no contar con la fuerza suficiente para enfrentar a ese hombre, entonces escucho.

-¡Enserio que estás loca mujer!-. Grita con asco el señor-. ¿Cómo es que sigues rechazando una oferta tan grande?-. Presiento de que se trata y no me agrada.

-Ya se lo he dicho señor Leander-. Ese nombre, ese nombre que me causa tanta repulsión-. Sara no está en venta-. Termina la oración y se va de aquella escena, dedicándome una fría mirada de advertencia.

Leander se retira del lugar y lo siguen de cerca Tristas, Demetrius y Faris. Nuevamente se marchan sin obtener lo que desean, sin obtenerme. Agradezco a tía Sana por ello, pero en cualquier momento saldrá lastimada por mi culpa.
Me dirijo a la cocina donde me está esperando la tía entonces suspiro y espero su sermón, lo aprendí de memoria, "Sara no te acerques a ellos cuando vengan", "Sara no te vistas tan provocativa", "Sara esto....Sara el otro...", siempre es lo mismo. Entiendo que me quiera proteger, pero no siempre debe de ser tan dura conmigo.

-Escucha Sara-. Me toma de los hombros y la miro a los ojos-. En unos días será tu cumpleaños 17-. Asiento con la cabeza totalmente confundida-. Por la noche, saldrás por la puerta trasera, caminarás entre los callejones oscuros y llegarás al muelle, allí esperaras por un chico de cabello rojizo y harás todo lo que te indique-.

-¿Porqué?-. Pregunté sin entender.

No respondió solo salió del lugar y siguió atendiendo a los clientes como de costumbre, no entendía nada pero no iba dejar que me abrumara, seguro se trataba de una fiesta sorpresa. Seguí trabajando como habitualmente lo hago. Recibiendo halagos y piropos por parte de los clientes termina mi día. Al día siguiente la misma rutina y continua por los siguientes 3 días.

Al fin llega la fecha, 11 de noviembre. Me despierto y tomo un baño caliente. Me colocó el vestido que la tía compro y escogió para mí, es hermoso, debió de costarle una fortuna.

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