Todo empezó a dar vueltas tras escuchar ese nombre, flashback de lo que parece ser una vida anterior.
Me encontraba en una sala jugando sobre un hermoso tapete color ámbar, junto a mi tres chicos.
-Jisung, es hora de irnos-. Le dice al pelinegro.
-Nos vemos princesa-. Se despide con una reverencia y toma la mano de aquel señor.
En seguida llega otro.
-Ya nos vamos Félix, despídete-. Le hace ademanes para que realice la acción.
-No quiero irme papá-. Protesta.
-Ya es hora pequeño-. Insiste-. Prometo traerte mañana-. Y es entonces que el niño se levanta.
-Prometo visitarte mañana-. Me da un pequeño besito en la mejilla, provocando mi sonrojo y la bulla del otro chico-. Nos vemos mi princesa-. Se retira.
-Tu y yo haríamos mejor pareja-. Menciona el chico restante-. ¿Por qué no me quieres a mi?-. Pregunta triste y me acercó a él.
-También te quiero-. Le dejo un pequeño beso en la frente.
-Ya nos vamos Seungminie-. Le llama la que aparenta ser su madre, este correo hasta ella y toma su mano, me dedica una sonrisa y me saluda con la mano, entonces se va y entra una señora, la misma de mis sueños.Despierto en una habitación, parece ser que ya no estamos en el barco, ¿Cuánto tiempo habré estado inconciente?
Trato de levantarme de la cómoda cama en la que me encuentro, falló. Un terrible dolor de cabeza me frena de inmediato, me quejo mientras tomo mi cabeza e intento nuevamente sentarme, lo logro. Recuperó un poco de estabilidad y al fin observo mi alrededor, está habitación me parece tan familiar pero no logro recordar, con trabajo me pongo de pie y camino hacia la ventana para abrirla un poco y entre algo de aire, me siento sofocada.
Recuperando algo de aire noto como alguien abre la puerta sin siquiera tocar, no me molesta pues viví de esa manera, la bella señorita que trae consigo una bandeja con algún tipo de pastel y té se sorprende al verme despierta y de pie en el umbral de la gran ventana. No dice nada, solo se dedica a servir el té en su respectiva tasa de porcelana, lo deja en la mesita de noche junto a la rebanada de pastel y da marcha atrás.-Avisaré a los condes que ha despertado, con su permiso, princesa Sara-. Se retira cerrando ambas puertas de la habitación.
Me sorprende el título con el que me ha llamado, seguramente me habrá confundido con alguien más apesar de que también usó mi nombre. Pienso un poco más y me doy cuenta de que menciono que iría a decirle a los nobles sobre mi estado, no lo entiendo al principio y luego recuerdo el aspecto de los 8 chicos. Abro demasiado los ojos que temo que se me salgan, 2 de los chicos entran a mi habitación con lindas sonrisas que derriten mi corazón.
-Nos alegra que hayas despertado-. Me dedica una suave sonrisa pero enseguida es remplazada por un seño fruncido ya que recibió un pequeño golpe en su costilla.
-Debes hablarle de manera formal baboso-. Murmulla entre dientes aquel chico que me cautiva con solo su sonrisa-. Es bueno verla despierta-. Me dedica una reverencia-. Pero es hora de ponerla al tanto princesa-. Mi semblante se vuelve serio-. Acompáñenos-. Me extiende su antebrazo y yo lo tomo, me guía fuera de la habitación y caminamos por los grandes pasillos.
No se necesita preguntar para saber que nos encontramos en un castillo, lo que me deja una fuerte curiosidad es ¿Que castillo es este? Es decir, su simple estructura pero bellas decoraciones lo dejan fuera de sí, pasillos amplios, ventanas grandes con vitrales hermosos, candelabros y farolas hechas de gemas rojas, azules y rosas. Bajamos las escaleras y casi me desmayo, otra vez, de lo impresionante que es, un gran candelabro hecho de gamas tan negras como la obsidiana, el piso con hermosos mosaicos que forman un patrón de estrellas y en medio una gema roja, el barandal de las escaleras por las que desciendo hecho completamente de mármol y a mis espaldas un gran cuadro de una linda pareja, un señor con el cabello más negro que nunca antes vi y a su lado, la dama de mis sueños. No digo nada respecto a la pintura, solo sigo caminando, guiada por el chico de inocente mirada.
Llegamos a lo que parece ser una sala de negocios, veo un gran escritorio de roble negro y enfrente de el como dos sillones y una gran mesita de café.
Se encuentran sentados los demás chicos, que en cuanto me ven se levantan y se inclinan saludandome, me quedo quieta en mi lugar sin saber que hacer, decir que estoy confundida es poco comparado con lo que realmente siento.
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Stray Kids y tu
FanfictionLa mayor parte de las historias basadas en hechos reales. Probablemente las actualizaciones tarden mucho o muy poco. Shipps muchos shipps. Solo léanlo, plox. Faltas ortográficas, unas a propósito, otras por que estoy bien sonsa y pues...