Capítulo 11

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Taehyung POV.-

Con delicadeza mi amo me ayudó a recostarme sobre la cama, el frío del edredón hizo que quiera levantarme, sin embargo el firme, más no dañino agarre de Hoseok sobre mis hombros me instó a dejar reposar mis cuerpo sobre la cama.

Me era difícil relajar mi cuerpo, a pesar de la música que sonaba en la habitación, era tranquila y la voz de la mujer era hechizante, pero ella no tenía las muñecas esposadas ni los ojos vendados. Básicamente estaba a merced de mi amor y eso me ponía un tanto nervioso.

—Sólo confía en mí —su voz tranquila y firme me hizo sonreír.

Sentí entonces sus dedos enredarse con mis cabellos, acariciándolos, ahora, esto sí me relajaba. Lentamente sus dedos con suavidad y hasta delicadeza se pasearon por el costado de mi cabeza hasta mis sien, pasaron por mi frente y hacia la punta de mi nariz, que arrugué cuando sus dedos la tocaron, por algún motivo era algo que no me gustaba, corrí el rostro a un costado y escuché el chasquear de su lengua.

—Quieto —ordenó, aunque su tono no era hasta casi peligroso como en otras ocasiones.

Continuó con el recorrido de sus dedos por mis mejillas hasta mi barbilla y de ahí a mi cuello. Me removí ligeramente debido al cosquilleo que el roce de sus dedos me ocasionaba en el lugar, cuando tentó de ir en dirección a mi pecho me puse de costado, no porque no quisiera que me tocara, pero Dios santo, mi piel estaba diez veces más sensible a su toque, podía tal vez adivinar hacia donde se dirigían sus dedos y eso hacía casi quemar mi piel en expectativa, parecía que todas mis terminaciones nerviosas se habían activado al mismo tiempo y un leve pero constante cosquilleo se extendía desde mis pies hasta mi cabeza.

—Taehyung, quieto —pude percibir su tono ligeramente más duro que el anterior.

—Es, muy fuerte —dije negando y rehuyendo cuando sus dedos bajaron hacia mis clavículas.

—¿Te estoy haciendo daño? —preguntó y yo negué con la cabeza, Dios santo quería darle un golpe en la mano para que dejara de dirigirse hacia mi pezon, no entendía cómo pero la temperatura de mi cuerpo se había elevado —Habla Lilem, no puedo adivinar tus pensamientos.

—La sensación es muy fuerte —expliqué dejando salir un jadeo.

—¿No piensas quedarte quieto? —lo sentí alejarse y de haber tenido las manos libres juro que me habría quitado la venda de los ojos, seguramente se había sacado los zapatos porque no podía percibir sus pasos y el piso alfombrado no ayudaba en absoluto.

Escuché el sonido de un cierre al abrirse y luego el de una bolsa plástica, levanté los pies para agarrar el impulso que necesitaba para poder sentarme.

—Ni se te ocurra —ahora sí, su tono era sensualmente peligroso –¿Sí sabes que no tienes ropa interior y al tener los pies arriba me das una fantástica vista de tu entrada no?

Sentí la cara arder con la vergüenza y bajé los pies rápidamente mas no pude evitar sonreír al escuchar su risa burlona.

—Vamos a hacerlo de esta manera —explicó mientras mi cuerpo se estremecía suavemente al contacto con algo frío y pequeño sobre mi ombligo —si tú dejas caer esto de aquí por andar retorciéndote como una oruga, entonces vas a recibir un castigo.

—¿Qué es? —pregunté —eso que ha puesto en mi ombligo ¿Qué es?

Fruncí los labios al escucharlo suspirar, estaba seguro que su ceño estaba fruncido y sus labios fuertemente apretos como cuando se enojaba.

—Abre la boca.

Hice lo que me pedía y él dejó un pequeño chocolate cubierto por una capa más dura, como los deliciosos M&M que Bogum me compraba.

Chains and Whips HopeVWhere stories live. Discover now