Dostoyevsky obsesionado con niños y el será el centro de todas las desapariciones, contara historias cortas de como los niños conocieron a este sujeto.
Los personajes no me pertenecen son propiedad de Kafka Asagiri y Sango Harukawa
Advertencia: en este capitulo habrá insinuación de abuso y violación hacia un menor de edad, se recomienda discreción, menores de edad abstenerse de leerlo.
Me pregunto que hubiera sido de tu vida sin mí existencia, ¿aun seguiría viendo tu bella mirada? Sin saberlo tu mismos te acercaste al mismo demonio, Shibusawa perdóname.
Eran las vísperas de año nuevo, estar junto al joven Shibusawa era lo mejor que le podía haber pasado.
-dime Fyodor, ¿tú también tienes problemas en casa? – lo mira con bastante incertidumbre, sus ojos como rubíes eran el mayor tesoro de Fyodor.
-solo diré que mi vida es una mierda- lo decía con bastante ironía.
Shibusawa soltó una carcajada que se pudo escuchar a kilómetros, era agradable pasar el tiempo juntos, las dificultades de la vida se perdían en el pasar del tiempo, a pesar de la nieve esos dos chicos sintieron la calidez de una familia, aunque fueran solo ellos dos.
-nos vemos hasta mañana Fyodor- agitaba sus brazos efusivamente, esperando ansioso el reunirse de nuevo con su amigo.
-hasta mañana- se despidió de Shibusawa, esperando el reunirse de nuevo en el mismo lugar.
Fyodor caminó, pero a un rumbo diferente que su casa, de hecho, él siempre se dirigía a otro lugar, no podía simplemente regresar a su casa donde ya no lo necesitan mas.
- Ya vine – le hablaba a una solitaria lapida –perdón por la tardanza hermano-
Fyodor no se había dado cuenta de que el pequeño de shibuzawa lo había seguido, este se acercó sigilosamente a Fyodor, quería asustarlo brincando a su espalda, pero se contuvo, el mas grande lloraba, Shibusawa no pudo seguir con sus planes.
- ¿Qué pasa? ¿te duele algo? -
La voz del joven Shibusawa lo tomó por sorpresa, dirigió su mirada hacia donde estaba el mas joven. Fyodor sonrió.
-Dime Shibusawa ¿te quedarías a mi lado para siempre? -
La mirada de Fyodor era oscura, como si las tinieblas se hubieran apoderado de su mente, el mas joven tuvo miedo, era la primera vez que veía a su "amigo" actuar de esa manera.
-Yo tengo que regresar a casa- Shibusawa se giró e intento correr, pero fue detenido por la mano del mas grande.
-perdón, pero no te dejare ir, Shibusawa vamos a jugar te parece-
El año nuevo, es el inicio de muchas personas, pero también el final de otras, una pareja busca desesperadamente a su hijo de 14 años, no importa por donde busque no encuentran nada, se lamenta los malos tratos que le dieron esos últimos dos años, lamentan tanto el haberlo descuidado, dicen que el comienzo del año sirve para rogarle a dios un milagro, ellos lo único que pedían era que le devolvieran a su niño, a su pequeño Shibusawa, pero esos ruegos jamás llegarían a dios. La policía buscaba al niño desaparecido, pero no lograban descubrir pista alguna.
-¡Fyodor!, donde demonios estas- una madre llama a su hijo a la distancia, el bosque blanco cubre sus llamados, se abre paso a través de este - ¡Fyodor! Porque siempre te pierdes a estas alturas en el bosqu...
La escena con la cual se encuentra es algo que la mujer no puede describir, la blanca nieve se había teñido del color de la sangre, en el lugar había pruebas de que alguien estuvo privado de su propia libertad, sogas y cadenas en medio del bosque no era algo natural, y en medio de todo ese caos estaba su hijo de 16 años sosteniendo un joven cuerpo.
-madre, él se quería ir, él se quería alejar de mí y dejarme solo en este podrido y maldito mundo-
Su madre miraba horrorizada por lo que había hecho su propio hijo, corrió lo mas lejos que pudo de él, no podía creer que su hijo fuera un asesino igual que su padre. La policía no tardó en llegar al lugar he identificar el cuerpo sin vida que efectivamente pertenecía al joven Shibusawa. El cuerpo presentaba signos de violencia sexual, esposaron al joven Fyodor, este pagaría por su crimen.
- ¿Por qué?- no lo entendía- ¿Por qué me quitan lo que mas quiero de nuevo?- empezó a odiar todo- ¿Por qué estoy encerrado y mi padre que mato a mi hermano, no?- su alma se ensucio de odio-¿Por qué solo yo soy el que está mal?- entonces su cara mostró una sonrisa torcida, y empezó a reír a carcajadas-No, es el mundo el que está mal no yo, es verdad solo dios está de mi lado-
Tenían a Fyodor Dostoyevsky sometido contra el suelo, Fukuzawa y Mori junto con los policías rompían puertas para buscar a los niños, solo rogaban por encontrarlos con vida y que no fuera demasiado tarde.
-los encontramos- el oficial Oda junto con el suboficial Sakaguchi gritaban al unísono.
Todos algunos niños corrieron al lugar donde estaban los oficiales de policía, otros simplemente permanecieron en su lugar, los pequeños kunikida y Rampo corrieron a los brazos de fukuzawa.
-gracias a dios están bien- solo quería sacar a los niños y olvidar lo que había pasado, quería llevarlos a hospitales para verificar que no les hubieran hecho daño, pero algo le empezó a incomodar, porque los oficiales permanecían inmóviles en el lugar que era lo que tanto veían con horror, él y Mori dirigieron su mirada, se arrepintieron inmediatamente de su acto al ver lo que colgaba de las paredes de esa abominable habitación.
-Ellos no se mueven- dijo rápidamente el pequeño Chuya.
- Mi hermana y yo pensamos que deben de estar cansados de estar ahí, pero no nos escuchan- el siguiente en hablar fue el pequeño Akutagawa.
-Fyodor san dijo, que eran sus mayores tesoros y no podíamos tocarlos- el último en hablar fue Dazai Osamu.
Los adultos miraban estupefactos a los niños, lo que decían era algo tan inocente, pero a la vez macabro, ¿Fyodor le había hecho creer que ellos estaban bien? Pero era obvio que eso eran ¿cuerpos?
-Señores Policías, los niños no sabe nada, ellos ni siquiera se imaginaron que en algún punto acabarían de la misma forma que ellos dos, es lo mejor la inocencia y la niñez se van, no es mejor el congelaron en el tiempo y dejar que se queden de esa forma, pero tenían que arruinarlo todo... la juventud es lo que mas desean todo el mundo.
El simplemente hecho de momificar cuerpos es una abominación, Fyodor- fue lo último que le dijeron al hombre después de ser llevado, la justicia se encargaría del castigo, pero él lo sabía, que dios es el único que puede juzgar sus crímenes y darle el castigo justo.
-¡aah!, que bellos son los niños, no cabe duda que son lo mas hermoso del mundo- fueron sus palabras antes de ser encerrado de por vida en el manicomio.
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-Dios siempre estará de mi lado, ¡hu,hu! ¡ja,jaja!... ¡¡¡¡ haaaa!!!!- fue lo único que se escucho a través de esas blancas paredes, ese color que representa lo mas puro del mundo.
Nota del escritor:
Bueno con este capitulo concluyo el fanfic de mi querido loco Fyodor, les agradezco a las personas que siguieron este loco fanfic hasta el final, y espero hacer próximamente uno nuevo.
