Cap. 1 silencio

774 47 6
                                    

No recuerdo bien como llegue a este lugar, solo recuerdo los gritos de las personas a mi alrededor, recuerdo que me gritaban que huyera, que corriera todo lo que mis pies soportaran, pero aun así esa persona pudo alcanzarme y llevarme con él, que podía hacer solo tengo 8 años apenas empezaba a aprender lo básico de la vida, aunque lo único que me interesaba era ese libro "el manual del suicidio", es una lástima que en todo el ajetreo lo pisaran y le rompieran algunas páginas aun a si yo lo recogí y lo tuve conmigo en el momento en que era forzado subir a ese auto. Esa persona Fyodor Dostoyevsky, tal parece que quería llevarme a la fuerza con él, no me agrada, su forma de actuar hacia conmigo me incomoda.

Una vez que llegamos tal parece que a su base lo primero que pide es que preparen la ducha para que el me bañe, no quiero que él me toque, la idea de que él pose un dedo sobre mí me dan ganas de matarlo y se lo hago saber mordiendo su mano, me suelta de inmediato, él se enoja mucho y yo aprovecho que me soltó para esconderme detrás de unos de sus ayudantes, pero este me carga y me lleva devuelta hacia él.

-Tal parece que tendré que enseñarte modales - me sujeta fuertemente el rostro para que lo vea -por lo que investigue te dieron muchas libertades pequeño Dazai Osamu –

Yo no puedo contestarle ya que mi voz se perdió hace dos años en aquel accidente, pero para mí no era un gran problema el perder mi voz hasta ahora, que mala suerte la mía el toparme con este psicópata.

-que pasa pequeño, no me quieres res.... Espera ¿qué es esta marca que sobresale de entre tus vendajes del cuello? – empiezas a quitarme mis vendas – pero que sorpresa esta cicatriz, ya veo no puedes hablar debido a este daño, y me imagino que el resto de tu cuerpo también está lleno de venda...-- lo interrumpo volviendo a morderle la mano para que me suelte—

Pero él no me dejo ir solo ladeo su rostro y soltó un pequeño bufido, acto seguido me empezó a retirar mis ropa y vendajes dejándome completamente indefenso, el frío del lugar no ayudaba mucho a disimular que mi cuerpo temblaba, sentía que en donde el extraño posaba su mano dejaba mi piel helada y dolida, me sentía vulnerable, como un pequeño animal indefenso ante las fauces del depredador que solo espera el momento oportuno para devorar a la pequeña criatura, y yo era esa pequeña criatura, pero no lloraba, tal vez porque mi orgullo no me dejaba o porque no entendía la situación, que podía hacer un niño que no podía hablar, solo podía huir cuando el momento oportuno apareciera.

Pero él no me dejo ir solo ladeo su rostro y soltó un pequeño bufido, acto seguido me empezó a retirar mis ropa y vendajes dejándome completamente indefenso, el frío del lugar no ayudaba mucho a disimular que mi cuerpo temblaba, sentía que en dond...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cautivo con un pervertidoWhere stories live. Discover now