Sensacional De Pocionistas

Epílogo

***ADVERTENCIA: aquí continúan los juegos de rol de Harry y Severus, y algo de spanking***

Harry estaba nervioso y no tenía idea de por qué. Estaba por entrar a un jardín que Hermione le había rentado a Severus y él y sus amigos estaban esperándolos en dicho jardín. Todo estaba puesto y listo para este espectáculo. Harry respiró hondo y salió de la habitación por la terraza.

El jardín tenía una especie de "túnel" hecho con plantas donde flores de color rojo y violeta colgaban de las hojas y al lado del túnel, había hileras de sillas donde estaban sentados sus amigos. Al final del túnel, frente a un altar, estaba un juez de paz y Severus esperándolo, con una sonrisa que se veía extraña en el adusto hombre, pero que todos sus amigos conocían bien.

Era la sonrisa que siempre tenía cuando miraba a Harry.

Minutos después de que Harry llegó hasta el altar, y luego de un intercambio de votos sencillo, el juez de paz declaro a ambos hombres "casados" bajo la ley muggle y todos los asistentes aplaudieron cuando la pareja se besó, alzando sus varitas y lanzando chispas de colores que iluminaron el jardín de bella forma.

El grupo se dispersó, diciéndole al juez de paz que se retiraban al salón de la recepción para continuar y Hermione se ofreció a Aparecerlo en el. Hermione había conseguido un juez de paz squib, así que no tenían que fingir no ser magos. El juez acepto y pronto, ambos se vieron rodeados del ambiente de fiesta que había en el salón de baile de la mansión Malfoy de Francia.

En el salón de baile, había un círculo de runas donde el juez se limitó a ser observador mientras los amigos más cercanos de la pareja, es decir, Hermione Granger Weasley y Ron Weasley-Granger, así como Draco y Astoria Malfoy, fungían como los testigos de la renovación de votos de la pareja.

Era el onceavo aniversario de Severus y Harry.

La magia volvió a enlazar a la pareja, renovando sus promesas de amor eterno y esta vez, los hilos que los unían eran más gruesos que en su primera ceremonia, señal de que la pareja había profundizado en su afecto y cuidado.

Harry no podía pedir nada mejor para su primer aniversario luego de que se había reconciliado con su esposo. Severus y él habían hablado y hecho acuerdos y estaban trabajando con un consejero matrimonial para resolver sus problemas de comunicación, pero ambos estaban decididos a superar sus problemas.

Severus le propuso a Harry la renovación de votos luego de una interesante sesión en su remodelada habitación de invitados que ahora era su "sala de juegos", una sesión de Harry-gato.

Habían dedicado varias semanas a conseguir los juguetes, disfraces y la cama a su gusto. El disfraz de gato era uno de sus favoritos, pero Harry lo que más amaba de sus cosas era su collar, el símbolo de que pertenecía a Severus y él le pertenecía.

Mientras ambos hombres bailaban abrazados, rodeados de sus más queridos amigos, los dos hombres pensaban en cómo casi pierden su matrimonio y en que, a pesar de todo, ese casi divorcio fue lo mejor que le había pasado a su matrimonio. Ahora habían renovado sus votos, su vida sexual era inmejorable y ambos sabían que se amaban más que nada.

Severus se acercó al oído de su esposo y le susurro—¿Gatito quiere su leche? —Harry lo miró con los ojos muy abiertos mientras Severus le daba "esa" mirada—Te compre algo nuevo. ¿Recuerdas ese disfraz de gato completo? Pensé que te gustaría renovar tu personaje—Severus acercó a Harry más a su cuerpo, de forma que su erección fuera muy notoria contra la ingle de su esposo—No sabes cómo quiero verte en ese disfraz, mi gatito—.

Harry estaba derritiéndose contra Severus mientras escuchaba todo lo que Severus quería hacerle—Quiero amarrarte a la cama y que me la chupes. Ese lindo disfraz tiene un cierre justo en medio de las nalgas, de forma que podre metértela sin problemas. ¿La sientes como esta? Imagínala dentro de ti, moviéndose una y otra vez, dentro y fuera, golpeando ese punto dulce que te hace gritar—.