Capítulo 5- Un desagradable reencuentro

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Bieeeeeeeeeeeeeeenvenidos mis queridísimos amigos fujoshis, fudanshis, gente que le gusta el furro y el shota.

Bienvenidos al capítulo 5.

Enjoy.

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Era temprano en la mañana, Kacchan había salido a trabajar como de costumbre, y yo de nuevo me quedé solo en casa.

Era un poco aburrido, ya que no encontraba nada que hacer. Me senté en el sofá de la sala con un té en mano y vi la televisión un rato.

Poco después me aburrió estar sentado, sin hacer nada, así que decidí limpiar un poco la casa. Puse música en volumen moderado y comencé a limpiar. Estaba limpiando la casa tranquilamente a mi ritmo.

Terminé de limpiar y me puse a preparar la comida. Era Katsudon, tenía muchas ganas de comerlo. Lo preparé y lo dejé listo para más al rato, cuando tuviera hambre.

Básicamente era un amo de casa, y lo seguiría siendo después de dar a luz temporalmente. No me molestaba en lo absoluto, sabía que más que nada estaba en casa para mantener a mi cachorro seguro, yo haría lo que fuera para proteger a mi bebé.

Lo que más me gustaba hacer era hablarle. Era lindo ver como se movía cuando le hablaba, era como si me respondiera, cuando lo llamaba por su nombre se movía un poco más brusco que de costumbre, me pateaba y mi vientre se agitaba, era encantador poder hablarle, él me entendía.

No tenía nada que hacer, así que subí a mi habitación, me recosté en la cama y abracé la almohada que estaba a mi lado, tenía el aroma de Kacchan, un aroma a canela y vainilla, era relajante.

Apreté un poco más fuerte la almohada e inhalé el aroma de esta, me sentía cansado y pronto me quedé dormido.

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Me desperté, era un poco tarde ya, al parecer había dormido un par de horas. Me senté en la cama frotando mis ojos adormilados.

Suspiré y me paré, salí de la habitación y fui al baño. Salí y comencé a escuchar un ruido extraño que al parecer provenía del patio trasero.

Me asomé sigilosamente por las escaleras, tal vez sería Kacchan haciendo algo, se suponía que hoy, él saldría temprano del trabajo. No lograba ver nada.

Bajé de igual manera, sigiloso. Llego y me asomo por la puerta de cristal que da al patio, logré ver todo.

Me asusté.

Vi a dos tipos encapuchados, que al parecer eran alphas, porque logré percibir sus asquerosas feromonas. Parecía que querían entrar. Respiré hondo, me escondí tras una pared que daba a la cocina.

Estaba tratando de tranquilizarme para no emanar mis feromonas, no podían verme, pero si mis feromonas salían, lo más probable es que me encontrarían.

Tal vez no sabían que estaba en la casa.

Tranquilo Izuku, no entres en pánico, todo va a estar bien... Tal vez se equivocaron de casa.

Sin pensarlo mucho, entré cuidadosamente a la cocina sin hacer ruido, me acerqué a la barra y de ahí tomé el cuchillo más grande y filoso que tenía. No podía sobreesforzarme, ni alterarme demasiado, ya que podría perjudicarla salud de mi cachorro y en ese momento era lo que menos quería.

SALVAJE -Katsudeku - Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora