Capítulo Uno

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La escuela secundaria de artes escénicas de Seúl, se caracterizaba por el régimen estricto que usaba,pues todo allí giraba en torno a llegar a ser "alguien" en el dificultoso y enorme mundo de la música.

Si bien era cierto, la escuela era bien vista por el alto prestigio que conservaba al enfocarse "en el futuro" de sus estudiantes. Ésta hacía audiciones cada año para buscar más de lo que quieren, como decían los rumores, casi cuarenta de cien adolescentes de los que participan eran escogidos.

Para realizar estos peculiares eventos, invitaban a artistas con ojo crítico que de la misma escuela salían, y llegaban a Seúl con el orgullo de permitirse escoger la que sería la siguiente promoción de la gran academia. Algo que con suerte consiguen algunos y con mala suerte pierden otros.

Los aplausos no paraban de resonar en los oídos del rubio, y él también quería aplaudir, aplaudirle a él.

Pero al estar tan lejos del lugar donde se lucía su gran artista, si aplaudía, solo recibiría miradas cargadas de extrañeza o burla por parte de la gente que allí se encontraba paseando.

Desde que era un pequeño niño de apenas once años, después de terminar sus días escolares y para despejarse, le agradaba ir cada dos días a sentarse en el pasto -manteniendo distancia con la gran masa de gente amante del baile- a observar al chico con el que soñaba estando dormido o despierto.

Su madre, cuando era otra, siempre le había dicho que siguiera lo que amaba hacer, porque eso definiría por completo su vida.

Y para él, su vida era mover su liviano cuerpo al ritmo de cualquier melodía.

Su vida era bailar.

Y su sueño era acompañar al chico que brillaba por naturaleza frente al mundo en un escenario, pero no lo hacía porque estaba mal, estaba terriblemente mal querer ir a corromper la danza de aquel ángel.

"Nunca sería aceptado en ningún lugar, después de todo"

Así que, como siempre hacía cuando se acababa el show, tomó sus cosas y emprendió camino hacia su casa.

—¡Jimin!— gritaron detrás suyo atrapándolo luego en un abrazo por encima de sus hombros. —Sabía que te encontraría aquí.

—¿Qué sucede, Taemin?— respondió rechazando el toque.

— Tengo que decirte algo— respondió, acostumbrado a la actitud impasible de su amigo— En una semana comienzan las audiciones en el "Sopa"*.

—¿Y...?— preguntó mirándolo con una ceja alzada, entendiendo a lo que se refería —No lo haré, Tae. Pierdes tu tiempo.— Comenzó a caminar.

—No lo hago, en realidad. ¿Sabes que Hoseok participará?

—¿Qué?— "Bingo" pensó el castaño. —¿Cómo lo sabes?

— Tengo mis contactos, pequeño— le guiñó un ojo. —Así que... ¿irás?

Lo pensó unos minutos —Lo intentaré, pero no audicionaré.

—¡Excelente! Te veré para ensayar, entonces— avisó orgulloso.— En fin, tengo que irme. Me esperan en casa, Adiós Minnie.

El rubio soltó un largo suspiro —Como digas. Adiós, Taemin. —y ambos se separaron, tomando diferente rumbo cada uno.

¿En serio?¿En qué pensaba su cabeza al momento de aceptar?¿Cómo saldría de su casa sin que su progenitora se de cuenta? Es decir, sabía que a ella le daba igual lo que hiciera, pero de todas maneras, estaba mal.

☄Muéstrame Tu Talento☄ [ʜᴏᴘᴇᴍɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora