Capítulo Diez

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—Tú... En serio debiste haber sido como Tony Stark en tu otra vida— murmuró Seokjin con los ojos bien abiertos puestos sobre los abdominales del menor.

—¿Qué?

—Mierda, en serio debiste haber muerto salvando el mundo para tener un cuerpo así— Se quejó —Ah, ¿Qué debería de hacer para conseguir uno sin esfuerzo?

Entonces Jimin cayó en cuenta de que todos lo estaban mirando.

Y nunca se había sentido más avergonzado en su vida que al estar mirando fijamente a un Hoseok completamente sonrojado.

—Hyung...— volvió a mirarlo —Sólo quiero ir a descansar a mi habitación— cayó rendido nuevamente sobre los muslos de Taehyung cubriendo la parte superior de su rostro con su brazo.

Supuso que ya no importaba nada, sólo viviría su vida como siempre lo ha hecho, mandaría al carajo los consejos que le había dado su compañero de habitación y sería otra vez el chico frío y solitario que sobrevivía en paz y armonía dentro de su ser sin nada ni nadie. Tal vez, él debió haber nacido en una madriguera llena de conejos y sólo alimentarse de lechuga y zanahorias durante toda la vida... ¿En qué estaba pensando? Dios, en serio necesitaba descansar.

Seokjin se dio cuenta de lo que había causado en el menor por su reacción y observó a los cuatro chicos que yacían en el piso con reproche por seguir observándolo de más. Éstos al darse cuenta, desviaron la mirada incómodos.

La habitación había tomado un ambiente frío y demasiado silencioso, algo que definitivamente no iba con el grupo de viejos amigos. Por esa razón Jungkook comenzó a parlotear con Jihyun algo sobre videojuegos, mientras Yoongi, Hoseok y Namjoon se ponían de acuerdo en componer algo para el festival que sea tradicional, tal como les había dicho Jungkook en el comedor.

—¿Tienes clase luego del receso, Jimin?— preguntó Taehyung en voz baja.

—Uhm, no.

—¿Irás a dormir?

—Tal vez.

El menor iba a hacer otra pregunta pero el chico que guardaba las cosas que ocupó para tratar a Jimin en su botiquín, se lo impidió. —Será lo mejor mientras tus heridas cicatrizan y se acostumbran al medicamento.— sorprendentemente, el rubio no se había vuelto a quejar cuando colocaba alcohol en sus heridas, pero supo que luego tendría oportunidad de saber que le sucedía y podría estar al pendiente de él —Estás listo, Jimin.

El de baja estatura sólo se levantó de la cama murmurando un "Gracias" mientras se vestía con rapidez. Cuando hubo terminado de acomodar su corbata, todos se hallaban en silencio y él sólo quería desaparecer de allí.

¿Primera mala impresión? Listo.

—¿Te acompaño a tu habitación, Hyung?

Larga vida a Jungkook.

—Por favor.— sin más que decir se retiraron bajo la atenta mirada de sus amigos.

—¿Jihyun?— llamó el mayor de todos —¿Porqué esos tipos golpearon a Jimin?

—Ah... Esto no me corresponde a mí, pero dadas las circunstancias...— vaciló un poco antes de volver a hablar —Deben saber algo respecto a Jimin.

—Hyung, ¿Estás bien?— preguntó Jungkook al notar la mirada perdida del rubio.

—Sí, lo estoy.

—Sabes que puedes confiar en mí, ¿cierto?

—Lo sé.

☄Muéstrame Tu Talento☄ [ʜᴏᴘᴇᴍɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora